Así no, sindicatos, así no. En defensa de las bodegas y empresarios de Valdepeñas

Lo habíamos comentado semanas atrás, pero hay gente que se está excediendo en los ataques realizados y, por tanto, en defensa de los afectados que tal vez no puedan o no quieran replicarles, creo que es necesario emitir una contestación.
Una contestación que puede crear polémica, pero no me importa, tengo la suficiente edad y experiencia como para expresar lo que pienso.
Me voy a referir a la actitud que tienen algunos sindicatos (o más bien alguna de las personas que los forman) en contra del precio que se le pone a las uvas.
Cada año se repite: sea cual sea el precio de la uva, se quejan. De acuerdo, está dentro de su sueldo: en vendimia hay que quejarse del precio de la uva, en verano del melón, en primavera del cereal. Siempre hay que quejarse del precio, es su papel y está bien defender el precio de los productos agrarios, no seré yo quien diga lo contrario, ni mucho más o menos.
Pero una cosa es quejarse y otra muy distinta la forma de proceder.
Estas mismas personas, el resto del año, cuando, por ejemplo, cae el precio de vinoi, permanecen extrañamente callados. Ahí está la hemeroteca. Tampoco hacen ruido cuando el producto sube excesivamente, sino que reclaman una bajada consensuada, algo que puede comprobarse, de nuevo, en la hemeroteca. Eso sí, en vendimia, toca protestar.
Y, como digo, una protesta reivindicativa, dentro de unos parámetros moderados, es aceptable, están en su papel. Lo que ya está fuera de lugar es el insulto y el ataque personal o empresarial, como este año han hecho, pasando de la raya. Así, hemos leído declaraciones que definían como “miserable actitud” la de las grandes bodegas de Valdepeñas.
Guerra a industriales déspotas del vino en Valdepeñas
Llamar “miserables” o “déspotas” es ya una cosa muy seria, es pasarse. Yo siempre he enseñado a mis hijos que cuando las discusiones se convierten en gritos, insultos o se llega a las manos, se pierde toda la razón, se deja de ser persona racional para convertirte en animal irracional. Y eso parece que les ha pasado a algunos esta vendimia, que, en contra de lo que pueda parecer, comenzó y está más tranquila. Pero está visto que hay quien necesita su minuto de gloria, para quedarse a gusto, y se cree con el derecho al insulto y a la descalificación a una persona o a una empresa.
"una protesta reivindicativa, dentro de unos parámetros moderados, es aceptable, están en su papel. Lo que ya está fuera de lugar es el insulto y el ataque personal o empresarial," |
Yo siempre apoyo un precio justo de la uva, pero este artículo no va por ahí. Si digo siempre que a nadie se le pone una pistola en la cabeza para llevar la uva a ningún sitio, que es libre y a nadie se le obliga a venderla.
Creo, para terminar, que estos sindicalistas deberían pedir disculpas a las bodegas interpeladas y reivindicar sus creencias o peticiones con educación.
Quizá Valdepeñas sin estos tres empresarios a los que tanto critican, no sería Valdepeñas. Gente que se esfuerza y que impulsan el nombre de Valdepeñas por el mundo entero. Gente que da trabajo a muchas personas y que cada año se juegan un capital a la hora de enfrentarse a una vendimia sin saber lo que pasará luego. Gente que, sí, puede ganar dinero, pero también puede perderlo, no sería la primera vez. Empresarios que sacan un nombre y un producto adelante. Y que, sin ellos, quizá la uva de Valdepeñas no tendría ese sobreprecio que tiene con respecto a la de su entorno.
Y si no, como digo siempre a estos sindicalistas tan listos, cuando tanto arman y se quejan del precio: que monten ellos una bodega si tan fácil es, compren uva y se hinchen a ganar dinero. Así de sencillo.

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