¿Y si hiciéramos imagen-país con el vino en las líneas aéreas?
Entre políticos, marqueses y algunos bodegueros parece que van a solucionar el problema de la imagen del vino español, generalmente no muy favorable, con el encargo a las fábricas de vidrio de 1.400 millones de botellas para poner en el mercado todo el vino que se elabora en el país, independientemente de su calidad, ya que el problema, al parecer, es de que este sea envasado, aunque sea un brick de escopeta y perro.
Y no se les ha ocurrido, por el contrario, acudir a una imagen de vino-país como hacen otros países más serios como Francia o Italia para promocionar su imagen. Una imagen en la que tendría mucho que decir la presencia en las líneas aéreas de ese vino.
No sé si resulta válido el ejemplo de Qatar Airways, las líneas aéreas de Catar, por ser una de las más glamourosas del mundo y contar para su selección con un mediático Master of Wine como el canadiense James Cluer que expone una lista mensual, con algunos vinos españoles, todo hay que decirlo, de quitarse el sombrero. Durante un tiempo, también Iberia apostó, de una forma más racana, por una selección de vinos que iban destinados a la clase business, mientras el grueso de pasajeros tenía y tiene que lidiar con una ¿selección? más que justita.
Sin embargo, uno puede viajar por el mundo con líneas aéreas como KLM que ofrece vinos tan comerciales como interesantes procedentes de Chile y Sudáfrica, Air France que sirve vinos franceses de zonas menos conocidas que Burdeos o Borgoña pero interesantes o la austriaca Nikki que opta por un grüner veltliner de nivel medio o por un tinto de zweigelt y saint-laurent original.
¿Cuál es el problema entonces para que no haya una buena selección de vinos españoles en las líneas aéreas e, incluso, en algunos aeropuertos? Pues el difícil encaje de la palabra España en algunas Comunidades Autónomas como Cataluña o el País Vasco, más aficionadas a tocar el pito que al consenso en asuntos económicos que importan y aportan al conjunto del Estado, o de otras como La Rioja o Castilla y León que van por libre. Esta situación hace que sea complejo realizar una oferta clara de imagen país aunque organismos como el ICEX lo intenten.
Y esto sí es un problema. No si el vino se envasa más o menos, ya que esa es una decisión libre que corresponde a cada bodega o cooperativa en función de su rentabilidad. A nadie se le ocurre pensar que Italia, que ha sido puesta de ejemplo por el Observatorio Español del Mercado del Vino (www.oemv.es), vaya a presentar por libre una oferta de Padania, muy reivindicativa ella, o de Sicilia, más propensa a pedir que a dar como le acusan los del Norte.
La realidad es que España comienza a ser un ente abstracto al que tampoco ayudan las tensiones territoriales. Urge pues un esfuerzo en ese sentido. Por cierto algunos de los vinos que ofertan las líneas aéreas han sido embotellados por un negociante, generalmente francés. Y están buenos pese a ser originariamente vinos a granel ¡Qué le vamos a hacer!
José Luis Murcia
Periodista. Miembro de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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