Ángel Villafranca: El señor de las cooperativas
Ángel Villafranca tiene en sus manos el poder que otorga ser el presidente nacional de Cooperativas Agroalimentarias, la organización que agrupa a la inmensa mayoría de las cooperativas españolas; ser el primer presidente de la Interprofesional del Vino, nacida este verano tras infructuosos intentos para crearla desde hace años y ser el impulsor, junto a Antonio Luque, de Dcoop, un gran grupo alimentario en los que aceite y vino se han dado la mano para lograr una mayor concentración de oferta.
Desde la dirección de la cooperativa Baco, ubicada en Alcázar de San Juan, que agrupa en su seno la oferta de 11 cooperativas con dos millones de hectolitros y una facturación en 2013 de 72 millones de euros, ha dado ese salto.
Atrás quedaron los rifirrafes de la pasada campaña en que la decisión de una parte del sector, alineada junto a la Administración, de dejar fuera del circuito comercial hasta cuatro millones de hectolitros de vino de escasa calidad comercial creó un importante revuelo que el tiempo se ha encargado de curar, aunque él siempre ha defendido que advirtió a los responsables políticos de la que se venía encima por la gran cosecha de la campaña 2013/2014 y les instó a tomar medidas con antelación.
A su juicio, la situación no debe volver a repetirse y para ello es necesario que el sector sea mucho más transparente y que los operadores conozcan la realidad para actuar en consecuencia. Considera que las cooperativas no deben tener tanta prisa en vender cuando llega un año abundante, ya que también podemos tener campañas como la de 2012 en que falte vino. Su objetivo para esta campaña es conseguir “recuperar lo que perdimos y considero que el punto de partida es bueno, con una campaña normal, con algo de escasez en el tinto, y con una calidad excelente en toda España”.
No cree que el problema en España sea del viticultor, “que tiene la obligación de hacer calidad y cantidad”, y recuerda que España continúa teniendo unos rendimientos medios más bajos que Italia o Francia y, por supuesto, que otros operadores muy competitivos como Sudáfrica o Australia. Asegura que es el sector en su conjunto el que debe autorregularse y dosificar la comercialización.
Villafranca considera que el modelo está anticuado y hay que habilitar bodegas y cooperativas para guardar el vino y sacarlo en el momento oportuno, “sin agobios ni prisas”. El modelo de los silos de antaño está inventado, el almacenamiento de productos lo practican, según sus palabras, grandes potencias como Estados Unidos o Japón desde hace años y recuerda que, tras el desastre de la cosecha de 2012, perdimos la interlocución con la industria del alcohol, “una interlocución que debemos recuperar para que ellos cuenten también con un abastecimiento regular”.
Considera que las cooperativas deben olvidar su obsesión por conseguir una liquidación algo mayor que la del vecino y tener altitud de miras. En este sentido, reitera que la Interprofesional debe servir para estimular el consumo nacional, especialmente entre las nuevas generaciones, y luchar contra la chaptalización en los foros internacionales, “ya que supone una competencia desleal y un incremento de la producción de forma artificial con otro producto como el azúcar”.
Recalca que el sector del vino cooperativo ha de tender a la concentración y pone el ejemplo de Baco que, pese a su dimensión, supone un 4% de la producción nacional, mientras en aceite de oliva Dcoop aglutina el 20% de la oferta “y a eso debemos tender, aunque cada cooperativa dependiendo de su estrategia y posición geográfica debe decidir el modelo a elegir”.
Asegura que el modelo de venta de vino a granel único ha cambiado “y nosotros tenemos que adaptarnos a él” y señala que las cooperativas deben hacer vinos en función de su clientela en un amplio espectro, “que va a ir desde el vino base para espumosos o vermús, vinos para la destilación para uso de boca o vinos para los diferentes mercados”. A su juicio, es absurdo tener como objetivo el envasar el 100% del vino que se produce, “ya que hay mercado de graneles para muchos años”.
E insiste en que Dcoop no se va a quedar parada en la unión de aceite y vino, ya que en estos momentos cuentan también con oferta en carnes de cerdo y caprino, aceitunas de mesa, cereales o suministros y “debemos hacer un esfuerzo para constituir un holding alimentario que racionalice costes, incremente la fuerza del área comercial, concentre la oferta y trabaje en las áreas financiera y de seguros porque el mundo hoy tiende a la oferta y demanda multiproducto”.
Tras subrayar que hacía tiempo que no vivía una vendimia tan tranquila dice con rotundidad que está seguro de haber elegido bien la alianza con Dcoop, ya que barajamos varias ofertas, “pero esta es la que más se adapta a nuestras necesidades y forma de ser”.
José Luis Murcia
Periodista. Miembro de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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