La destilación de crisis, por Javier Sánchez-Migallón

Javier Sánchez-Migallón explica la destilación de crisis con las primeras informaciones que se han dado a conocer.
En la reunión celebrada ayer se acordó, y fue aceptado por la practica totalidad de los asistentes en representación de bodegas, cooperativas, alcoholeras, sindicatos, etc. Un acuerdo que, a grandes rasgos, y a falta de saber algunos extremos, lo importante es lo siguiente:
Sobre los excedentes que se declaren con fecha 31 de julio se deberá hacer una entrega OBLIGATORIA, y que se comunicará al elaborador con la cantidad exacta a entregar y que se hará, como digo, en función de excedentes y hasta completar esos cuatro millones de hectolitros. El calculo se hará en función del rendimiento declarado por la bodega y siempre que supere los 80hl por hectárea (este extremo aún puede variar, a falta de confirmación final).
El elaborador recibirá una carta en la que se le asigne la cantidad que deberá entregar, diciéndole que se ponga en contacto con la alcoholera que quiera para negociar la entrega. Dando un plazo para esa entrega y con apercibi-miento de que, de no hacerlo, se le podrá imponer una sanción que puede llegar a una cantidad muy elevada y que se definirá en el decreto ley que saldrá en los próximos días, aunque ya hay quien la cifra en hasta 600.000 euros.
Puestos al habla con alguna alcoholera, comentan que ya que ese alcohol solo puede ir a uso industrial, y carburantes, su precio de mercado es el de 32-35 céntimos y que por tanto en todo caso hasta podrían cobrar por la transformación, cosa que probablemente no hagan, pero desde luego es imposible pagar por el vino, lo que nos lleva a una destilación obligatoria que se hará entregando el vino gratuitamente, sin percibir nada por él. Incluso podrían cobrar portes y parte de transformación, eso lo debe negociar la bodega con la alcoholera. Por otro lado este decreto podrá estar en vigor para años sucesivos.
Quizá mucha gente se escandalice al oír esto, pero no es del todo nuevo, las altas producciones ya se penalizaban hace años con una entrega obligatoria, que, tras la preventiva, se hacía solamente por parte de quien superaba un rendimiento de hectólitros por hectárea, penalizando las altas producciones, aunque también es verdad que entonces se percibia algo por el vino, y en este caso no se percibirá nada.
Creo que la apuesta y el aviso está sobre la mesa. No debemos ni podemos consentir las producciones tan altas que estamos teniendo estos años y si se tienen, quien lo tenga debe saber que su uva y su vino va a ser penalizado.
¿Se pueden criar viñas que den 25 kilos? Sí, por qué no, pero destinando ese producto a otras cosas y teniendo otro precio. Es decir, estas viñas pueden utilizarse para la obtención de mosto azufrado, o para destilación para alcohol para uso de boca, pero, como es lógico, a otros precios diferentes a los que tenga la uva destinada a vino. Una podrá valer 10 y la otra deberá valer 3, por ejemplo, y que sea el agricultor quien decida si le interesa tener 25 kilos a 3 o 10 kilos a 10.
Creo que es el momento para poder pagar la uva por calidad en lugar de solamente por grado. El grado es un parámetro pero tiene otros muchos que también hay que tener en cuenta. Y también hay que ver el estado en el que llega la uva a la bodega.
Esto, que puede escandalizar a mucha gente, no es raro, ni anormal. Esto se lleva haciendo muchos años, lo que pasa es que en las zonas de producción hasta ahora no se ha llevado a cabo. Por ejemplo en Denominaciones de Origen, donde ponen un rendimiento de, por ejemplo, 7.000 kilos hectáreas, si se tiene por debajo de ese rendimiento la uva vale un euro, y si en lugar de eso, tiene 10.000 esa uva no valdrá nada, o unos pocos céntimos. Y exigen, por ejemplo, uva en perfectas condiciones y vendimiada en cajas. Y ya cada cual se acoge a lo que quiere.
Esta destilación va acompañada a una serie de medidas más, nueve son, entre ellas el impulso de la interprofesional del vino.
Me comentan que también se va a exigir cumplir lo que el reglamento de la reestructuración contempla y que hasta ahora no se le ha hecho ni caso, y es que la reestructuración va enfocada a variedades mejorantes y modernización del viñedo, pero no puede conllevar incremento en producción.
De momento, y hasta que tengamos más información, dejo una pregunta en el aire: ¿Retirar estos cuatro millones de hl. solucionan el problema actual por el que atraviesa el vino?
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Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino
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