Ningxia: el milagro del viñedo chino
Hacia el año 1996 la región de Ningxia apenas contaba con 200 hectáreas de viñedo y las autoridades chinas no habían decidido aún convertir esta área, prácticamente desértica, en un vergel, gracias a la expansión de la vid, alrededor de 70.000 hectáreas en la actualidad, y otros productos agrícolas. Se preparaba el milagro.
La región se encuentra cerca de Mongolia Interior y el viñedo se extiende por un vasto territorio que se sitúa a más de mil metros sobre el nivel del mar entre las colinas de la montaña Helan, al oeste, y el caudaloso río Amarillo, importante artífice de la actual situación gracias al aporte de sus aguas para el regadío, al Este.
Y es que el tiempo en la región discurre entre las elevadísimas temperaturas veraniegas y el frío polar del invierno, con una pluviometría media de 193 litros anuales, y una envidiable apuesta que Baudouin Havaux, presidente del Concurso Mundial de Bruselas, define como “homenaje al dinamismo, la calidad de los vinos chinos y la historia de una región que ha sabido combinar terruño, innovación y ambición”.
Ha sido precisamente en esta región y, más concretamente, en la ciudad de Yinchuan, donde se ha celebrado la edición 2025 del Concurso Mundial de Bruselas, la segunda vez que recala en China tras la edición de 2018 en que fue Pekín el escenario de este evento de fama mundial.
La primera bodega se construyó en Ningxia en mayo de 1984. La bodega Yuquan abre sus puertas ese año y desde entonces se han puesto en marcha un total de 228 bodegas que producen más de un millón de hectolitros anuales, lo que equivale a cerca de 140 millones de botellas, en un territorio hostil que obliga al enterramiento de la vid durante las temperaturas invernales que oscilan entre 6 y 20 grados bajo cero.
La región, igual que buena parte de la vitivinicultura china, está muy influenciada por la filosofía bordelesa, tanto en la clasificación de la calidad de los vinos como en la elección de las variedades de uva y también en la elaboración y métodos de crianza.
Las variedades tintas más comunes son cabernet sauvignon, cabernet gernisch, merlot, syrah, pinot noir y marselan, que según varios expertos, entre ellos el propio Havaux, está llamada a ser el buque insignia de la zona; mientras en blancas abundan chardonnay, riesling y petit manseng.
Château Hedong es una bodega creada en 1997 y cuenta con 173 hectáreas de viñedo y una producción anual de 260.000 botellas con las variedades antes descritas, además de cabernet franc, beimei y beinong, estas dos últimas híbridas aclimatadas al país que aguantan temperaturas muy extremas. Su tesoro son 225 viñas con más de un siglo de antigüedad que cuidan con mimo mediante prácticas ecológicas y biodinámicas.
Château Changyu es un gigante que posee siete bodegas en otras tantas provincias chinas, todas ellas con diferentes estilos arquitectónicos. En Ningxia cuenta con 60 hectáreas donde ofrece tres gamas diferentes de vinos: Moser XV, Moser Family y Moser Legend (cabernet sauvignon, riesling y blancos, rosados y tintos).
Helan Qingxue surge en 2005 y cuenta con 23 hectáreas donde predomina la uva cabernet sauvignon, con más del 60%, seguida de marselan y merlot, con un 15% en cada caso, y también cabernet franc y chardonnay. Apenas elabora 60.000 botellas anuales. Su vino Jiabeilan obtuvo importante fama al conseguir medalla de oro en los premios Decanter.
Domaine Chandon Ningxia nace en 2012 y cuenta con 68 hectáreas de viñedo de las que el 50% son chardonnay y la otra mitad pinot noir, con las que elaboran 600.000 botellas en una bodega singular con una arquitectura vanguardista que enamora. Sus espumosos —en la línea de calidad de la casa madre francesa— son muy apreciados en China.
Pernod Ricard Winemakers comienza su andadura en 1997 con 136 hectáreas de cabernet sauvignon, mayoritaria, merlot, chardonnay y marselan, con un edificio minimalista donde lo más importante es el vino. Las mejores parcelas y las añadas más valiosas se cuidan como oro en paño para elaborar producciones limitadas que oscilen entre 3.000 y 12.000 botellas.
Son algunos ejemplos de empresas en una región que irrumpe con fuerza en el panorama vitivinícola mundial y que, en poco más de 20 años de historia, empieza a escribir su futuro con letras de oro gracias a la calidad y originalidad de sus vinos.

Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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