Países Bajos: El vino que crece bajo el nivel del mar
Durante 2021 han sido apenas 750.000 los litros elaborados en Países Bajos, una cantidad inferior al casi millón de litros de 2018. Esa ha sido la anecdótica cosecha de un país que cuenta con 170 bodegas de las cinco que había hace solo 15 años y 250 hectáreas de viñedo.
La novedad más importante es que la provincia de Limburgo (Suroeste), donde se ubican los alrededores de Maastrich, que dieron vida a las primeras empresas elaboradoras ya en el siglo XVI, no está sola con sus 78 hectáreas, ya que Gelderland (Centro Oeste y mayor provincia del país) acapara 46 hectáreas, Brabante Septentrional (Sur del país) 30 hectáreas, 26 hectáreas Overijssel (Centro Este) y 14 hectáreas Zelanda (Sureste).
La mayor sorpresa la protagoniza la zona de Flevoland, formada por varios polders (terreno ganado al mar), que fue habitada en gran parte en 1967, que está a unos 60 kilómetros de Ámsterdam en el Centro Oeste del país. En su capital, Lelystad, con apenas 80.000 habitantes, Johan Rippen, ingeniero industrial jubilado, y Liedwien Vos de Wael, educadora, cuentan con su bodega Placer, un nombre hispano que le viene de la presencia de ella durante varios años en Santiago de Chile. Entre ambos acaparan media hectárea de viñedo de las variedades híbridas regent y rondo. Por otra parte, elaboran un blanco con sauvignon gris, elbling, johannister y Solaris, procedentes de una finca vecina.
El total del viñedo en la provincia apenas sobrepasa las tres hectáreas en total.
Desde el año 2000, en que iniciaron la plantación, la pareja, que recibe la ayuda de voluntarios para realizar las faenas del campo, saca al mercado varios vinos de producción orgánica en una finca donde están prohibidos no solo los productos de síntesis química sino también el cobre y el azufre. Utilizan las infusiones de compost para pulverizar las vides y mantienen cubierta vegetal con diversas variedades de trébol.
El área, situada a ocho metros por debajo del nivel del mar, no es especialmente fría dentro de los crudos inviernos holandeses y las temperaturas oscilan entre los más de 25 grados en verano y entre los cero y los diez grados de la época más gélida, al beneficiarse de la benignidad de la brisa marina. Recibe además una pluviometría media de 900 litros anuales.
Su Placer Rondo 2018 muestra un amplio abanico de aromas de frutos del bosque como arándanos y moras, con cierta sofisticación y buena acidez, mientras el Placer Regent 2018 es algo más primario con tonos intensos de frambuesa, helechos y herbáceos en general. Intensamente frutal y divertido. Al blanco, aún le queda camino por recorrer. En Placer también elaboran grappa y licores de café, jengibre, mandarina y mora.
Amantes del vino como la periodista, comunicadora y negociante del vino Silvia Anthonj, de nacionalidad alemana ha sacado también en Lelystad, la tercera añada de su espumoso Minzven (menos siete, en alemán), un espumoso realmente espectacular, original y divertido.
Apostelhoeve, emblema del vino holandés
Pero el vino holandés moderno debe buena parte de su nombre a la finca Apostel, ubicada en las maravillosas colinas de Lowberg, en la zona sur de Maastrich. Nacida en 1970 y con más de diez hectáreas de viñedo, esta compañía es, sin duda, santo y seña de la vitivinicultura holandesa. Su blanco Apostelhoe Cuvée XII, elaborado con müller Thurgau, auxerrois y pinot gris es una mezcla singular de frutas exóticas, notas florales y frutos rojos. Entre sus monovarietales destaca el müller turgau, presente en buena parte de las marisquerías holandesas, con notas cítricas de pomelo y mandarina, flores de primavera y hierbas suizas. Elabora también un espumoso brut de riesling con aromas de cítricos, melocotón y pétalos de rosa, además de un Cuvée XII Brut con notas de flores y frutas tropicales, minerales, rosas, almendras y nueces.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email