El IFAPA estudia la recuperación de variedades con mayor resistencia al cambio climático y al mildiu
Los centros de investigación agraria Rancho de la Merced de Jerez de la Frontera (Cádiz) y de Cabra (Córdoba), dependientes del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, trabajan en la recuperación de diversos tipos de variedades de uva autóctonas que, al estar mejor adaptadas a cada zona climática, podrían presentar una mayor resistencia a ciertas enfermedades fúngicas, especialmente el mildiu, así como a los efectos del cambio climático, como la sequía.
Las cuatro variedades autóctonas minoritarias en estudio son: las tintas corchera, melonera y rejano, y la blanca indiana.
Cuatro son las variedades autóctonas minoritarias con escasa extensión de cultivo en la actualidad que se valoran en estos centros. Concretamente, en Jerez se estudian las propiedades de las variedades tintas corchera y melonera y de la blanca indiana, nos informa el director de su centro Ifapa Carlos del Moral Casarrubios. Por su parte, en el centro de Cabra los técnicos evalúan las características de la variedad rejano tinta. En las dos instalaciones andaluzas del Ifapa se están realizando tanto estudios agronómicos sobre las variedades citadas como la evaluación de la calidad analítica y organoléptica de los vinos que con ellas se elaboran, contando para ello con bodegas experimentales ubicadas en las propias instalaciones.
Los trabajos de investigación que se llevan a cabo en los centros andaluces del Ifapa están enmarcados en el proyecto “Valorización de variedades minoritarias de vid por su potencial para la diversificación vitivinícola y de resiliencia al cambio climático” financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), con un período de duración de tres años. En este proyecto de carácter nacional participan un total de dieciséis centros de investigación de trece comunidades autónomas españolas donde igualmente se vienen realizando evaluaciones del potencial de estas variedades minoritarias, hasta un número total de cincuenta y una, incluidas las cuatro variedades andaluzas, para la producción de vinos de calidad.
El objetivo de este proyecto de recuperación es contribuir a la mejora de la diversidad en el sector, así como la rentabilidad de sus explotaciones y empresas.
Previamente a este proyecto y durante cuatro años, se realizó un trabajo de prospección y recolección de estas cincuenta y una variedades minoritarias para su conservación y garantizar que las vides utilizadas en los ensayos se correspondieran con las variedades en estudio. Con el resultado de estos trabajos se pretende ayudar a viticultores y bodegueros interesados en el emprendimiento de iniciativas que podrían llevar a la diversificación del sector, así como contribuir a la mejora de la rentabilidad de sus explotaciones y empresas.
En definitiva, manifiesta Carlos del Moral, con este proyecto de investigación se pretende identificar cuáles son las variedades con mayor capacidad para mitigar los efectos derivados del cambio climático y puedan resultar de interés para la elaboración de vinos con una identidad varietal y características que favorezcan la diversificación del sector vitivinícola. Por ello, el proyecto se estructura en tres grandes apartados: resistencia a la sequía, resistencia a enfermedades fúngicas ligadas a factores climáticos y calidad de los vinos.
Enólogo, escritor y periodista.
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