Tesalia 2016, la sorpresa del sur
La segunda añada del buque insignia de la bodega Tesalia es un ensamblaje de la variedad autóctona Tintilla de Rota y las internacionales Petit Verdot, Syrah y Cabernet Sauvignon, procedentes de los viñedos más frescos de la bodega.
Bodega Tesalia es el sueño de una familia de ingleses que se enamoraron de una tierra virgen junto a la sierra de Grazalema y la eligieron para hacer sus vinos. Richard Golding y su hija Natalia comenzaron con el proyecto en 2008. “No sabíamos nada de vinos, pero queríamos hacer algo diferente, ya marcado por la zona en la que estamos. Para eso nos rodeamos de los mejores”, comenta Richard Golding haciendo referencia a Ignacio de Miguel, uno de los enólogos más reputados de nuestro país y el Master of Wine holandés Cees Van Casteren y el experto en viticultura José Ramón Lissarrague, quienes forman parte de este proyecto.
Tras años de duro trabajo consiguieron sacar todo el partido a un viñedo gaditano con influencias mediterráneas y atlánticas, con suelos arcillosos sobre un subsuelo de tiza, que lo convierte en el mejor terroir para la variedad autóctona Tintilla de Rota y las internacionales Petit Verdot, Syrah y Cabernet Sauvignon. “A pesar de ser un viñedo inusual, conseguimos sacar vinos con frescura en una zona cálida”, reconoce Richard Golding. “La finca no era la mejor, teníamos problemas de agua, pero, por otro lado, la influencia de Grazalema y los vientos nos beneficiaron, lo que nos permitió hacer vino del sur, pero sin ser pesado”, comenta Ignacio de Miguel.
En 2016 vio la luz Tesalia, un vino elegante, refinado y complejo que refleja la constancia, la paciencia y el perfeccionismo de sus impulsores. “Nuestra idea era montar un vino a través de su crianza, construir despacio para que dé la cara después de años”, define el enólogo. Y añade: “Se trata de un vino potente, sin exceso de madera y en el que apostamos por la fruta.”
Con una crianza de doce meses en barricas de roble francés, Tesalia 16 presenta un luminoso color rojo cereza. En nariz destaca la ciruela negra, hierbas aromáticas y frutas del bosque. Al abrirse revela notas de buena crianza aflorando el pan tostado y recuerdos a incienso. En boca entra rotundo, sabroso y pleno. Toda esa elegancia, concentración, complejidad y equilibrio hace que esté listo para su consumo inmediato, pero también le otorga una capacidad de crecimiento durante los próximos diez años.
Periodista especializada en temas de Estilo de Vida.
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