Vallegarcía obtiene la DOP
Situada en los Montes de Toledo, la bodega fue fundada hace 20 años por Alfonso Cortina con el objetivo de elaborar vinos de gran calidad y que expresaran la singularidad del terreno. Ahora, sus vinos únicos y de gran calidad se ven recompensados con la calificación de Denominación de Origen Protegida.
El Diario Oficial de la Unión Europea ha publicado la protección del nombre “Vallegarcía” como Denominación de Origen Protegida. Esta clasificación reconoce e identifica a vinos originarios de un lugar determinado, “cuya calidad o características se deben fundamental o exclusivamente a un medio geográfico particular” y cuyas fases de elaboración se realizan totalmente en la finca. En el caso de Vallegarcía, entre sus características específicas, destaca por estar situada en “un valle que posee un sustrato geológico específico”, donde “la elevada acidez y bajo pH de los suelos son características inusuales en zonas climáticas similares”. Se trata, además, de un viñedo plantado en unos suelos cuya clasificación edafológica es única en todo el viñedo castellano-manchego, según se expone en la publicación de la UE.
“La obtención de la DOP es para nosotros un reto y una responsabilidad que nos empuja a seguir trabajando por la excelencia y a seguir apoyando el desarrollo del entorno rural en el que está situada la bodega”, afirma el director técnico de la bodega, Adolfo Hornos.
El empresario Alfonso Cortina emprendió este proyecto vitivinícola hace 20 años. Tras varias añadas micro-vinificando y estudiando el potencial cualitativo del viñedo decidió, en el año 2006, construir su propia bodega dentro de la Finca Vallegarcía. En los Montes de Toledo, concretamente en La Raña, en las cercanías del Parque Natural de Cabañeros, Vallegarcía se sitúa en un entorno de gran valor ecológico, su viñedo se asienta sobre unos suelos de origen precámbrico, los más antiguos de la Península Ibérica, con un gran potencial para producir vinos frescos y complejos.
El trabajo vitivinícola en la finca se centra en expresar la singularidad del terreno, para lograr vinos de gran fineza y calidad, de lo cual se encargan desde hace 10 años Adolfo Hornos, enólogo de Vallegarcía, junto con su asesor Eric Boissenot, enólogo de Burdeos y una de las grandes figuras del mundo del vino.
Toda una apuesta en su día, ya que la zona escogida no contaba con tradición vitícola anterior, pero que hoy se ve recompensada con la DOP de la que podrá hacer gala Vallegarcía a partir de este 2019.
Desde la bodega agradece la ayuda de la Consejería de Agricultura de Castilla- La Mancha y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esenciales para la tramitación de la DOP para Vallegarcía, y afirman que este reconocimiento también es para el municipio de Retuerta de Bullaque y la comarca de los Montes de Toledo y para el desarrollo de la actividad económica y agrícola en el medio rural.
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