“Ruido de sables” por los precios pagados por la uva
Los ánimos se caldean entre los agricultores durante una vendimia que apunta descensos de precios por encima del 31%.
Los ánimos se caldean entre los agricultores durante una vendimia que apunta, en las zonas de mayor producción del país, descensos de precios de la uva por encima del 31% —retrocediendo a niveles de 1989—, situación que muchos califican de “vergonzosa” y atribuyen a los “especuladores”.
Y también las cotizaciones del vino han caído en los últimos días, lo que dibuja un panorama de incertidumbre entre los viticultores, que temen que este año “no salgan las cuentas”.
Algunas tablillas manchegas recogen una remuneración al agricultor de 3,10-3,20 “pesetas”/kilogrado (variedad Airén, la más cultivada en España), lo que ralla los costes de producción.
Y son muchos los viñistas que no sabrán hasta que sus cooperativas vendan los caldos, cuánto dinero podrán llevarse al bolsillo en un momento de crisis económica, recortes de los apoyos públicos y encarecimiento de la factura de energía y otros insumos.
Las organizaciones agrarias quieren pensar que la situación remontará porque, de lo contrario, advierten del “desastre” económico para las poblaciones donde la vid es un monocultivo.
De otro lado, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente recoge del 16 al 22 de septiembre una brusca caída del precio del vino de mesa blanco, que se deja un 6,47% de su valor (hasta los 4,34 euros por hectogrado), mientras que los tintos se desinflaron un 2,61%, hasta los 4,48 euros/hectogrado de media.
Por mercados representativos, los blancos sin indicación geográfica se pagaron a 4,96 euros en Albacete, 5,31 en Badajoz, 3,86 en Ciudad Real, 4,60 en Cuenca y 4,20 en Toledo. Y los tintos lo hicieron a 4,93 en Albacete, 4,53 en Ciudad Real, 4,82 en Cuenca, 5,78 en Murcia, 4,30 en Toledo y 3,22 en Valencia.
En este contexto, todo apunta a que el vino seguirá bajando, una vez superada la particular campaña anterior, en la que los operadores se apresuraron a comprar y acaparar ante la escasez que se preveía por la sequía, lo que derivó en una espiral alcista.
En fuentes cooperativas reconocen que ahora sólo los grandes compañías del sector ligadas “al terruño” están moviendo algo el mercado, al hacer acopio de uva para procesar y obtener distintos niveles de vino pero, sin embargo, almacenistas o envasadores de perfil más especulativo prefieren no precipitarse y esperarán todo lo que puedan para “desplegar sus redes” y “salir de compras”.
El vino “low cost”, su objetivo. Mientras tanto, calma chicha. Juegan a que el precio del vino seguirá bajando y, cuando se empeñan en ello…serán los hilos que muevan el mercado.
Y todo, pese a que las circunstancias de mercado son adecuadas. España elevará un 20% su cosecha, asumible para esta “potencia” vitivinícola y tampoco la recuperación de las cifras en Francia, Portugal o Italia deben preocupar, al tiempo que las existencias son muy bajas —a falta de datos oficiales por la lentitud de la Administración, podrían llegar a 28 o 28,5 millones de hectolitros—.
Otros operadores se conforman con comprar a las cooperativas producto viejo del año pasado que refrescarán con cosecheros nuevos.
A nivel agronómico, avanza la recolección en un ejercicio más tardío de lo habitual, que se saldará con buenas cifras y calidad.
La primera estimación provisional de producciones vitivinícolas, anterior a esta vendimia y, por tanto, muy preliminar, sitúa la producción para la cosecha de 2013 (campaña 2013-2014) en 38,86 millones de hl de vino y mosto, un 8,6% mayor que la anterior.
Aunque todo apunta a que serán muchas más, y fuentes cooperativas la sitúan en 41,5 millones de hl para España (21,5 en La Mancha), ligeramente más alta que la media de las ocho campañas anteriores.
Con estas cifras, la producción europea sumaría 165 millones de hectolitros de vino y mosto, en lo que será un ejercicio “medio-bajo”, contabilizando las aportaciones de Francia e Italia, con 44 millones de hectolitros cada uno, según estas fuentes.
Si se tienen en cuenta los pocos stocks, el mercado debería funcionar con normalidad y sin sobresaltos, siempre y cuando no actúe de forma desmedida la temida “especulación” con el vino, convertido ya en un “commodity” para los buscadores de lucro.
Sobre los datos de exportación, el Observatorio español del Mercado del Vino (OEMV) resalta un crecimiento del 6,3% en valor durante los primeros siete meses del año, hasta 1.443,7 millones de euros, lo que muestra una ralentización del crecimiento en valor y una moderación de la caída en volumen.
EFE
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