Francia afronta una vendimia pequeña y de una calidad incierta
Los viñedos franceses afrontan, con mucho retraso, una cosecha que será pequeña de cantidad y con una calidad «incierta» y que dependerá mucho del tiempo que haya en las próximas semanas, según comentan a Efe varios expertos.
"Ha sido un año muy complicado en lo que se refiere al tiempo, pero todavía no se ha perdido nada, todo es salvable", asegura Gilles de Rovel, decano de los técnicos del Instituto de Ciencias de la Viña y del Vino (ISVB) de Burdeos, la principal denominación del país.
Lo que es seguro es que, en las riberas del Garona, al igual que en las otras regiones vinícolas francesas, la producción será muy baja.
"Históricamente baja", apuntala Séverin Barioz, presidente de la Confederación de Apelaciones y Bodegueros de Borgoña (CAVB), la otra gran región del vino de Francia.
Las lluvias y las bajas temperaturas primaverales dificultaron una correcta floración de los racimos que, por si fuera poco, fueron azotados por algunas heladas en el principio del verano.
El resultado es una disminución de la producción todavía difícil de calcular, pero que en la costa del Ródano se estima a entorno al 40 % con respecto a las medias de los últimos años.
En Borgoña rondará los 1,5 millones de hectolitros, en línea con la del año pasado, que ya fue una cosecha corta.
"Encadenamos ya cuatro años de bajas producciones y eso tiene influencia en el bolsillo de los productores", asegura Barioz.
La mala cosecha afectará incluso a las cepas blancas, que tradicionalmente resisten mejor a las condiciones climáticas adversas pero que también se han visto afectadas este año, agrega el experto, que considera que denominaciones como Chablis o Macon sufrirán también en lo que se refiere a la producción.
En el Ródano, el enólogo de la Universidad del Vino de Suze la Rousse Martin Hallopeau también expresa su preocupación, aunque se muestra menos derrotista porque "puede compensarse con una buena calidad".
La vendimia comenzará con dos o tres semanas de retraso y "la uva tiene todavía tiempo de madurar bien" a condición de que las condiciones meteorológicas sean buenas.
Hace al menos quince años que no se vendimia tan tarde, por lo que los enólogos miran al cielo con particular atención estos días para que el tiempo arregle lo que ha estropeado durante todo el año.
El mundo del vino espera "un buen veranillo de 'San Miguel', como dicen en España", asegura Rovel, que considera que "nada está todavía perdido".
Los expertos insisten en distinguir entre las consecuencias que el clima ha tenido sobre la producción y el efecto que las adversidades puedan tener en la añada.
En la ribera del Ródano, por ejemplo, Hallopeau se atreve a augurar que el vino tendrá una baja graduación alcohólica, debido a la menor exposición solar, que ha generado una uva con menos azúcar y, por tanto, con menos grados.
"Será un vino con una graduación alcohólica similar a las de mediados de los 80", insiste el experto.
Eso mismo es susceptible de suceder en Burdeos, aunque en esa región no sería un problema, según Rovel, que pide prudencia a la hora de valorar los vinos que puedan elaborarse.
"Hasta que no se coseche no se sabrá, queda tiempo y es muy pronto", dice el bordolés.
En su denominación, los productores tienen acceso a través de internet a informaciones casi diarias sobre el grado de madurez de la uva, con el objetivo de controlar perfectamente el momento en el que hay que lanzar la vendimia, afirma.
Algo similar ha puesto en marcha Borgoña, señal de que las nuevas tecnologías acuden en ayuda de los agricultores y que elegir el momento adecuado para vendimiar es una cuestión crucial.
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