Reflexiones sobre el consumo de vino

Les voy a comentar algo que me ha llamado enormemente la atención y que me ha hecho reflexionar profundamente en cuanto a lo que se refiere al consumo de vino.
Para empezar decirles de que soy un firme creyente de que el vino, en general, gusta, que es una bebida que atrae a la gente, tanto en su parafernalia de la cata (tantas veces exagerada), como en el bar normal, si le atraes, si le explicas, bebe el vino, le gusta y se interesa.
Personalmente y quizá sea por deformación profesional, cada vez que en una comida, acto, cena, por una u otra circunstancia, te sientas en una mesa y aunque no conozcas a la gente, en la presentación dices que perteneces al mundo del vino, rápidamente te conviertes en el centro de atención de la mesa. La gente te pregunta, se interesa enormemente y la conversación de la comida, normalmente ya gira en torno al mundo del vino.
Aprovecho para comentarles también una experiencia personal que he tenido en mi municipio estos días atrás relacionada con unas jornadas del vino, donde había conferencias, y, entre otras cosas, visitas y catas en las bodegas de Manzanares y un concurso de maridaje de vinos y tapas.
Les adelanto que Manzanares, mi población, no es, desgraciadamente, consumidora habitual de vinos. Si pasas por un bar lo normal es que veas muchas cervezas y muy pocos vinos, por no decir ninguno. Pues bien, en un fin de semana donde se ha hecho esto del maridaje de vinos con tapas, del cual fui organizador y puse como premisa que lo importante era más el vino que la tapa, ya que se trataba de promocionar el vino. Pues bien, ha resultado ser una locura, ni los bares, ni las bodegas se lo creían, se llegaba a agotar el vino a diario en los bares. Fueras por donde fueras se bebía vino, dejando la cerveza totalmente aparte. Y no es solo que se bebiera exclusivamente vino, es que había verdadera ganas de hacerlo. Preguntando a unos y a otros, la gente está contenta, contentísima y deseando que se repita la experiencia. El vino se cataba, se explicaba y gustaba.
Ahora vuelves a los bares y quizá siga primando la cerveza, pero estoy seguro que algún consumidor se ha ganado, me atrevería a decir que bastantes. Pero no de la manera con la que se hacía en días pasados.
Esto nos confirma lo que les ponía al principio, y es que a la gente le gusta el mundo del vino, pero quizá no esté lo suficientemente motivada para consumirlo con asiduidad. Y en esto la culpa ya pasa a ser nuestra, no sabemos llegar a ese consumidor en potencia, que conoce, gusta y ve con agrado el mundo del vino y sin embargo consume otras bebidas cotidianamente.
Creo, sinceramente, que tenemos muchos consumidores latentes, a la espera de que se le de ese pequeño empujón, para convertirse en un amante del vino. Creo que todos ustedes me darán la razón en eso de que el vino, al menos su entorno, gusta y cada vez más a la gente en general, y esto es, por tanto, un paso que ya tenemos andado, ahora sólo nos queda saber ayudarles a dar ese segundo paso, ya que, a pesar de todo esto que les digo, que estimo que es cierto, a pesar de todo, el consumo sigue bajando. Y es, en parte, incomprensible.

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