El sector cooperativo, ese gigante dormido

El 22 de febrero de este mismo año publiqué un artículo, en estas mismas páginas y con el mismo nombre. Por noviembre de hace dos años, publiqué otro parecido, aunque no se titulaba igual. Hoy, conscientemente, vuelvo a traer otro con el mismo encabe
Quería decirles con esto que hace tiempo que apostaba porque tarde o temprano las cooperativas tendrían que irse fusionando para hacerse más grandes. En el artículo de hace dos años decía que en Mancha debería haber un máximo de 10 o 12 cooperativas vitivinícolas, con un mínimo de producción de 100 millones de litros cada una y varias en las que se produjeran más de 200 millones de litros. El único fin es el de hacerse más fuertes para hacerse más competitivas a la hora de comprar y de vender.
Pues bien, esta semana el Ministro de agricultura ha presentado el Anteproyecto de ley de fomento de la integración de cooperativas y de otras entidades asociativas alimentarias, lo que supone una reforma estructural para facilitar las fusiones, especialmente supra autonómicas. Esta nueva legislación promoverá y beneficiará a las cooperativas que se unan, mediante mejor acceso a financiación, subvenciones, I+D, etc. El Ministro ha informado que en España hay más de 4.000 cooperativas, pero su facturación no llega a 5 millones de euros de media y 17.405 millones de euros a nivel global en 2011. Mientras que sólo dos cooperativas de los Países Bajos facturan los mismo que 4.000 españolas la primera cooperativa europea factura 9.481 millones de euros (Friesland-Campina) y Vion (también de Países Bajos) obtiene 8.500 millones de euros, mientras que la principal española, Coren, cuenta con 966 millones. Como podemos observar el sector cooperativo español está muy por detrás del europeo. Y con esta ley se pretende animar a las cooperativas a unirse.
En lo referente a las cooperativas vitivinícolas españolas, pasa lo mismo proporcionalmente que con el resto, hay mucha cooperativa pequeña que tiene muchas dificultades, por no decir que le es imposible, por ejemplo, hacer exportaciones de sus vinos, presentarlos en países como China, EE.UU. etc., ya que les resulta inviable económicamente. Aparte de que los simples costes de elaboración se les disparan, no son competitivas y su fin pasa por renovarse o morir, como se suele decir. La renovación es la fusión entre varias para hacerse más grandes, reducir costes y ser más fuertes.
Esto también nos puede llevar a lo contrario de lo que se pretende, es decir, que al tener tanto poder en sus manos caigan en la tentación de intentar manejar el mercado a su antojo. Por lo que existe un cierto temor respecto a esta posibilidad.
Personalmente creo que es bueno que se unan, las cooperativas de hoy día no son, ni mucho menos, las de hace unas decenas de años, hoy tienen otra representación, gente más preparada. Disponen, sin duda, de la última tecnología en vinificaciones, equipos modernos y a la última y si algo les queda por hacer es precisamente la comercialización de sus productos, y esto, es algo que pueden hacer unidas mucho mejor que en solitario.
Hay que tener en cuenta una cosa, y es que si esto se lleva a cabo, si llega a buen fin, probablemente el panorama vitivinícola de muchas zonas de España, sobre todo de las más productoras, va a cambiar totalmente y no sé si estaremos preparados para ello, ya que a la hora de comprar o vender vino no nos enfrentaremos a bodegas más o menos pequeñas, estaremos ante verdaderos grupos productores con una gran potencia de compra-venta.
Hay que tenerlo muy en cuenta, ya que esto puede ser que lo veamos en muy poco tiempo.

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