España no sabe venderse

Pienso en escribir este artículo tras leer un titular en una entrevista que el diario El Mundo hace a José Andrés, el célebre cocinero español afincado en los Estados Unidos desde hace décadas que ha conseguido fama y popularidad mundial y considerad
Es cierto que España está de moda, sobre todo desde el punto de vista culinario, tenemos los mejores restaurantes del mundo, una pléyade de cocineros también considerados los mejores del mundo, nuestra gastronomía es alabada desde hace unos años por el mundo entero, siendo sinónimo de calidad y prestigio.
Productos como el queso, el jamón, tanto serrano como el pata negra, son apreciadísimos y se sitúan en lo más alto de la escala de calidad… y precio.
¿Qué le pasa al vino entonces? Nuestros vinos están, sí, y cada vez más, pero en uno o varios escalones inferiores y la mayoría de ellos en el lineal de los baratos. Exportamos, sí, pero barato, y no me refiero ya solo al granel, que también, sino a los embotellados. Mi opinión es que la mayoría deberían situarse por encima de esta casi insalvable línea.
Vendemos con complejo, acostumbrados a que nuestros vinos durante décadas han sido los grandes olvidados, los que acaparaban mercados solo por precio y nada más.
Sinceramente, no voy a decir que sean los mejores del mundo, eso es otro cantar, lo pueden ser o no, según quien los vea y como los vea, pero también sinceramente les digo que no tienen nada que envidiar a la inmensa mayoría de vinos chilenos, argentinos, de Nueva Zelanda, Sudáfrica o Australia, por poner países terceros y emergentes y dejando aparte a nuestros vecinos, franceses e italianos. Estos vinos emergentes, como se les ha dado en llamar (aunque de emergentes ya tienen poco y cada vez están más consolidados), a mi modo de ver son vinos correctos, bien elaborados, bien presentados, muy bien promocionados, pero muy planos e iguales en la mayoría de los casos, quizá no tengan defectos importantes pero una vez que pruebas uno, has probado todos (entiéndanme, que estoy generalizando). Me refiero con esto a que en ese nivel, y más alto, tenemos nosotros la mayoría de nuestros vinos de gama media, no les digo ya nada de los de gama media alta o alta. Un vino español que se mueva entre los 2 y los 10 euros en general no tiene nada que envidiar a la inmensa mayoría de los vinos del mundo que están en esa misma gama de precios.
Es por esto que me pregunto, al igual que el cocinero José Andrés, si no será que no sabemos vendernos, que ya es hora de quitarnos la venda del complejo y mostrar nuestros vinos en competencia, clara y directa con los del resto del mundo.

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