La guerra comercial con los chinos

Esta semana no podía escribir sobre otro tema que no sea el de los chinos, ya que es de lo que más se habla estos días en el sector.
El problema atañe a toda Europa, no sólo a España. La preocupación se extiende a Francia, Italia, Alemania… donde han publicado una nota en la que auguran que peligran un millón de puestos de trabajo si esta amenaza se lleva a cabo, un millón de empleos sólo en Alemania.
Simplemente decir que tiene narices que seamos nosotros, los del vino, los que tengamos que pagar los platos rotos de un problema, el de las placas solares con precios demasiado bajos, que se extiende a nuestro sector sin comerlo ni beberlo.
Sé que no es ético “políticamente hablando” amenazar a los chinos, pero hombre, también nosotros podremos hacer fuerza si convocamos, en Europa entera, un boicot a todas las tiendas de los chinos que hay. O que desde donde corresponda se les empezara a hacer la vida imposible, a base de inspecciones, tanto a nivel administrativo, como de sanidad, en las tiendas de alimentación que tienen, realizando un control, exhaustivo y completo de la venta de bebidas alcohólicas y más de la venta a menores. Cumplir horarios comerciales, etc. etc. Ya digo que no es políticamente correcto decirlo, pero yo lo dejo caer…
A parte de esto yo he notado, y quizá con razón, una profunda preocupación en los mercados. Es indudable que el mercado chino es importantísimo, es la vía de escape que ahora y en el futuro tiene una inmensa cantidad de posibles excedentes del vino europeo. El problema comienza cuando la Comisión Europea decidió imponer aranceles a los paneles solares chinos por una media del 11,8 % para paliar los efectos de las exportaciones de esa tecnología barata. Estos aranceles tendrán una vigencia de dos meses, tras los cuales se incrementarán, según los planes de la CE, que argumentó que con la medida se pretenden salvar unos 25.000 puestos de trabajo en Europa en el sector de la energía solar.
China reaccionó a la decisión de la CE de imponer un arancel a sus paneles solares chinos con el anuncio de que abrirá una investigación anti subsidios a las importaciones de vino de la UE. Y esto significaría ponerle igualmente unos aranceles a los vinos europeos, que ya no serían competitivos, y entonces entrarían sin problemas, vinos Chilenos, Argentinos, australianos, etc. De todos sitios menos de la Unión Europea y este mercado en alza, hasta ahora panacea de muchas empresas españolas, se vendría abajo. Hay que tener en cuenta que incluso importantes empresas españolas tienen ya su propia bodega en China, a la que envían vinos a granel y allí los envasan.
Toca tener tacto político y hacer lo posible por solucionar este problema sin que salgamos nadie muy heridos, pero vamos, que los que no tenemos ninguna culpa somos los del vino, y eso habría que dejárselo claro a los chinos. Nosotros utilizamos el sol, sí, pero para madurar nuestras excelentes uvas y sacar nuestros vinos, eso no tiene nada que ver con las placas solares… quizá es que no lo saben…

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