Un maridaje a la altura para presentar las nuevas añadas Finca Río Negro
La bodega de Cogolludo (Guadalajara) presentó las nuevas añadas de sus vinos con el primer menú elaborado a cuatro manos por los dos estrellas Michelin de la provincia: Enrique Pérez, de El Doncel y Samuel Moreno, de El Molino de Alcuneza.
En el año 1998, Fernando Fuentes se lio la manta a la cabeza para buscar “la tierra prometida”: un lugar único para poder hacer vino. Y la encontró en Cogolludo. Además de la singularidad del terruño, el viñedo se encuentra a 1000 metros sobre el nivel del mar, siendo la bodega más alta desde el centro peninsular hasta el norte de Europa, lo que da a los vinos unas cualidades y unos matices únicos. A esto hay que unir el hecho de que es una bodega aislada, sin competencia de ninguna otra en un radio de 60 km a la redonda, que desafía los límites tradicionales del cultivo de la vid. Con todo esto, la familia Fuentes se fijó un objetivo: recuperar la historia vitivinícola, hasta entonces extinta, de Cogolludo.
Hoy, 20 años después, de las 600 hectáreas con las que cuenta la Finca Río Negro, 42 de ellas son de viñedos. Precisamente la semana pasada presentaron las nuevas añadas, y como no podía ser de otra forma, lo hicieron por todo lo alto de la mano de los dos únicos cocineros con estrella Michelin de la provincia de Guadalajara: Enrique Pérez, de El Doncel y Samuel Moreno de El Molino de Alcuneza. Ambos elaboraron un menú para recibir la nueva edición de 5º Año, el tinto más exclusivo que saldrá con una edición limitada de 7.000 botellas; Finca Río Negro, el emblema de la bodega; 992, cuyo nombre se inspira en la altitud de la bodega y Gewürztraminer, un monovarietal criado sobre lías durante cuatro meses.
Pensando en estos vinos, Enrique Pérez, del restaurante El Doncel, desarrolló un menú para buscar la intensidad del sabor de los productos más cercanos como fue el Tartar de trucha, elaborado con mango y shisho; el Skrei con Shiro Miso y Miel; y el postre a base de quesos del entorno. Por su parte, Samuel Moreno, de El Molino de Alcuneza, propuso un maridaje con platos basados en la cocina tradicional, pero con un guiño de modernidad como fue la Fideua a nuestra manera, el Pichón de Bresse o la Chocolatina de foie y kikos.
De las nuevas añadas, cabe destacar la edición 5º Año, la joya de la bodega. Elaborado con un coupage de 70% Tempranillo y 30% Cabernet Sauvignon, se presenta limpio y brillante. En nariz es intenso con predominio de notas de frutas negras ensambladas con notas de maderas nueva, especias y balsámicos. Su entrada en boca es muy persistente, pero equilibrado y muy pulido, con un tanino sedoso y un largo postgusto.
En todas las nuevas añadas, queda patente el respeto que la familia Fuentes concede al terruño, que trabajan siguiendo técnicas tradicionales, no en vano, la vendimia se hace de manera manual, en cajas de 18 kilos, lo que permite llevar a cabo tres selecciones de la uva antes de la entrada al depósito. Además, por la peculiaridad de su situación geográfica, en Finca Río Negro la vendimia es una de las más tardías de España, celebrándose a mediados de octubre. Y es que, todo lo que rodea a estos vinos de Cogolludo está teñido de singularidad. Una singularidad que hace que sean únicos.
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