Tras el salto de calidad tenemos que asumir el salto en precios
Me dirán ustedes que, por supuesto, qué más quisiéramos todos. Pero que no se acepta en los mercados internacionales así como así: siempre se vende más cuando el precio es menor y viceversa.
Efectivamente, eso está claro y es conocida por todos que la presión de los mercados internacionales es enorme y cuando se habla de subir precios, es poco menos que imposible realizar importaciones significativas. Mi pregunta es ¿por qué? Sí, así de claro, ¿por qué España tiene que ser la que más barato venda de los países importantes productores?, ¿acaso nuestro vino a granel es peor que el italiano o el francés? Todos sabemos que nuestros propios vinos son vendidos luego por Italia y Francia con un valor añadido que se llevan ellos en lugar de nosotros.
Pero la pregunta clave es la que he puesto antes: ¿nuestro vino a granel es peor que el francés o el italiano? No, rotundamente no. Y entonces por qué lo vendemos mucho más barato y si no, no se vende. Esa es la clave.
El sector ha sufrido retos importantes y siempre los hemos superado, de una manera u otra, con esfuerzos, con altos y bajos. El sector del vino hoy no tiene absolutamente nada que ver con lo que era hace un cuarto de siglos. En 25 años hemos modernizado nuestras bodegas y renovado las técnicas. Tras la modernización de las bodegas hicimos, y estamos haciendo, la de los viñedos. El paisaje vitícola del campo español ha cambiado en formas de cultivo y en variedades. Hace poco iba de viaje y pasando por algunas zonas de Castilla-La Mancha me costaba encontrar viñedos en vaso, la inmensa mayoría eran conducciones en espaldera.
Y entre tanto, entre la modernización de las bodegas y los viñedos, nuestros empresarios se han lanzado a conquistar el mundo con sus vinos, creciendo las exportaciones de una manera increíble, modelo para muchos países.
Estos tres retos importantísimos los hemos conseguido como ha quedado demostrado. ¿Y ahora qué? Pues ahora hace falta superar un nuevo reto y lo tenemos que conseguir, hace falta que nos creamos de verdad que tenemos un buen producto, el mejor, y eso vale dinero. Debemos comenzar a dejar de lado eso de “tenemos el mejor vino al mejor precio”. No, si tenemos el mejor vino, nos lo tienen que pagar como lo que es: como el mejor. No solo tenemos el mejor producto calidad-precio, lo tenemos que tener pero que ese precio signifique que nos pagan lo que realmente vale, que no sé si será más que los graneles franceses o italianos, pero lo que sí sé seguro es que no vale menos, como mínimo igual y si es mejor, pues debería valer más.
Debemos abrirnos nuevamente al mundo a decirles que tenemos el mejor vino y que lo tienen que pagar como tal. Seguro que será difícil, seguro que tropezaremos y nos intentarán cerrar puertas, pero seguro que lo conseguiremos. Y ¿saben por qué?, porque realmente es cierto que tenemos el mejor producto, así de claro.
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