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Los Premios Mezquita, de Córdoba, dan aire al vino español

El 30 septiembre, 2013

Los Premios Mezquita

Con alrededor de 400 muestras presentadas, un 20% más que en 2012, la XIX Edición de los Premios Mezquita, celebrados en Córdoba durante el pasado fin de semana, han supuesto para el vino español una corriente de aire fresco.

Semanas antes de esta edición, antesala de un vigésimo aniversario que merece ser celebrado por todo lo alto, tanto su mentor, Manuel López-Alejandre, como su directora, Concha Torrecilla, señalaban que algunas bodegas se quejaban de que todos los vinos en los concursos se sirvan directamente de la botella sin posibilidad de que el vino se exprese, especialmente aquellos que, por edad o por proceder de zonas altas, ofrecen inicialmente unos aromas de reducción que, poco a poco, pueden dan paso a un gran vino. Decidieron entonces que la edición de 2013 iba a ser el banco de pruebas de ediciones posteriores y comunicaron a las bodegas la posibilidad de aireación del vino bajo petición expresa de estas.

La prueba, a juicio de la organización y de los catadores participantes, no ha podido ser mejor, ya que los vinos aireados lograron, en su mayoría, expresar el potencial que les caracteriza y, probablemente, lograr una puntuación más justa y adaptada a la realidad de lo que ofrecen inicialmente. En este sentido, los organizadores trabajan ya, cara a la edición del año que viene, para fomentar esta práctica, de manera voluntaria por supuesto, y establecer varias mesas de cata, en función del número de muestras que lo exijan, con sorteo de los vinos a puntuar.

Pero la realidad de 2013 está, sobre todo, según la mayor parte de los integrantes del panel de catadores, en la gran calidad de los vinos presentados, hecho que ha llevado a la organización a mantener las Ocho Grandes Mezquitas, vinos puntuados por encima de 96 puntos sobre 100 de media, en esta edición.

El máximo galardón en esta ocasión ha sido para Soto del Vicario Men de Mencía 2009, de la DO Bierzo; Baigorri Maceración Carbónica 2012 y Baigorri Garnacha 2010, de la DOC Rioja; Bosque de Matasnos 2010, de Ribera del Duero; Alto de Campoameno 2007, de la IGP Sierra Sur de Jaén; Amontillado Amanecer, de la DO Montilla-Moriles; Manzanilla Soleá, de Barbadillo, de la DO Jerez-Manzanilla de Sanlúcar y Cañus Verus Viñas Viejas 2009, de la DO Toro.

Los Mezquita de este año han hecho justicia al trabajo realizado desde hace años por el equipo de López-Alejandre que, contra viento y marea y con escaso apoyo, ha logrado mantener el prestigio de unos premios que tienen su valor en la calidad, cada vez más soberbia, de los vinos españoles y en el trabajo de técnicos y enólogos de las diferentes bodegas por ofrecer al consumidor lo mejor. Hay quien dice que hay concursos y concursitos en función de los jurados, sin dejar claro quién tiene la patente de lo que son grandes jurados (periodistas titulados o escribidores, sumilleres con formación seria y reglada o sumilleres con formación de un cuarto de hora, enólogos con titulación universitaria o añadidores de fórmulas magistrales…). Pues bien, a tenor de lo catado, en el caso de los Mezquitas estamos ante un CONCURSO con mayúsculas. Eso sí, en mi modesta opinión, y sin calibrar el nivel de los jurados porque no tengo máquina para otorgar carnés de grandes catadores, como tampoco creo que exista una que mida el nivel de demócratas, aunque algunos se crean con el derecho de expedirlos.