Las exportaciones españolas comienzan a mostrar buena salud

El lastre del cosechón de 2013 es aún visible en los mercados internacionales, ya que sigue aflorando parte del vino a granel, desaparecido y hallado en el templo, que se esfumó durante el verano de 2014 cuando la Administración amenazó con una retirada de cuatro millones de hectolitros con cargo al sector.

Esa y no otra, además de la excesiva dependencia de los mercados tradicionales de Francia, Italia y Portugal, que actúan de intermediarios, es la causa de que continúen a la baja los precios de la venta del vino más básico, según se desprende de los datos ofrecidos por el Observatorio Español del Mercado del Vino.

No obstante, las exportaciones españolas del primer semestre de 2015 muestran también signos positivos, que probablemente tenderán a la corrección si finalmente, como parece, la cosecha de esta campaña no es tan abundante como se esperaba inicialmente. Sea como fuere, las ventas de vino a granel, segmento que actúa en más de un 80% de sus transacciones como un auténtico commodity, muestran una clara tendencia al cambio en sus versiones superiores (DOP, IGP y denominación varietal) que debe ser seguida con un cambio de rumbo en los mercados de destino. Más claro, el sector debe realizar un esfuerzo para conseguir colocar en el mercado directo, sin intermediarios franceses, italianos o portugueses, sus producciones.

Una vez más, algunos diarios españoles y revistas especializadas vuelven a culpar al granel de todos los males de la exportación española y recuerdan con datos en la mano que el vino español es el que más volumen vende del mundo, pero a menor precio.  Esa aseveración, cierta sin duda, tiene algunos matices que conviene aclarar. El vino no se vende mejor, ni más fácilmente, ni con mayor valor añadido, por norma general, por el hecho de meterlo en una botella. Es más, un mal vino, es malo a granel y embotellado. Y por el contrario, un buen vino, lo es tanto si se vende a granel como embotellado. El director general del OEMV , Rafael del Rey, lo dejaba muy claro en su intervención en la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), celebrada en Ciudad Real en mayo de este año: “hace mucho más daño a la exportación un vino embotellado malo y barato que un vino a granel de baja calidad”.

Pero los datos de las exportaciones españolas del primer semestre muestran efectos  positivos que debemos tener en cuenta con cierto optimismo. Por un lado, el incremento de las ventas en 40 millones de euros de los vinos con denominación de origen,  que permiten aumentar las ventas en valor totales en casi un 6% hasta los 1.215 millones de euros, pero con un incremento en volumen del 16% hasta los 11,84 millones de hectolitros con los vinos a granel más básicos como protagonistas al subir sus ventas más de un millón de hectolitros, exportaciones que no se traducen en un buen precio.

Los datos interanuales entre julio de 2014 y junio de 2015 son algo más optimistas, pese a la caída del precio medio, ya que las exportaciones en este caso se sitúan en los 23,74 millones de hectolitros por valor de 2.584 millones de euros. Con estos datos se registra un incremento del volumen de venta superior al 21% y una subida de la facturación de solo el 3%. Con respecto al interanual de 2014 se vendieron cuatro millones de hectolitros más que supusieron una recaudación mayor en casi 72 millones de euros. El buen comportamiento de los últimos cuatro meses y la mejora en las ventas de los vinos envasados con DOP e IGP, además de la buena marcha de los vinos a granel con denominación varietal y el incremento de precios de los que portan DOP pintan un futuro inmediato de cierta esperanza.

José Luis Murcia Periodista. Miembro de AEPEV-FIJEV. Artículos Relacionados

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV