La cosecha de la Unión Europea me asusta
Los últimos datos de cantidad elaborada de vino en la Unión Europea marcan un récord de cosecha, acercándose a los 190 millones de hl (189,6 para ser exactos). Una cantidad muy alta, la mayor de la historia de la UE. Muy por encima de la anterior y de la media decenal.
El año pasado, la cosecha fue de 143,6 millones de hl, curiosamente la menor de la última década. El promedio de los últimos diez años es de 166,9 millones de hl, por lo tanto, esta campaña ya tenemos alrededor de 23 millones de hl. más que la media. Y 46 millones de hl más que la campaña pasada; casi podríamos decir que una cosecha española normal.
Aunque saben ustedes que no me gusta demasiado hacer artículos con muchos números, ya que maestros tiene la materia, sí es verdad que es muy conveniente analizar estos datos para poder sacar conclusiones y poder diseñar un programa de campaña. No cabe duda de que estas cifras ayudan a planificar lo que puede dar de sí la campaña.
Dejando aparte las posibilidades que nos pueden venir a consecuencia de heladas, sequía, etc., que ya hemos analizado en artículos anteriores, y centrándonos en lo que tenemos realmente ahora encima de la mesa, nos encontramos ante una cosecha difícil de comercializar en todo el ámbito de la Unión Europea, nunca nos hemos enfrentado a este reto con tanta cantidad de vino.
Siempre se ha dicho que el vino necesario para la Unión Europea, contando consumo interno y exportaciones, es de unos 170 millones de hectólitros, un poco por encima o por debajo no causa grandes problemas y se asume normalmente. Este año tenemos unos 20 millones de hectólitros más.
Cuando comenzaron a salir los primeros datos, les anunciaba que estos iban a subir, ya que las cosechas que se daban en las primeras estimaciones me parecían muy cortas, como así ha sido. Y mirando al futuro más próximo, creo que no es necesario que les diga que los precios de los vinos, que han bajado notablemente en esta campaña, son el fiel reflejo de lo que nos indican estos datos. Y la verdad es que lo que nos queda de campaña va a seguir siendo difícil comercializar esta enorme cantidad de vino.
Sin embargo, y por mirar la parte positiva, no cabe duda de que una bajada tan significativa de precios nos puede servir para incrementar volúmenes de ventas, abrir nuevos mercados mundiales y dar a conocer nuestros vinos en sitios donde hasta ahora no estaban, además de reafirmar posturas y mercados donde ya estaban establecidos. Seguro que este año sube el volumen de vino vendido, aunque sea a costa de bajar su importe, pero hay que saber sacar provecho a esta circunstancia.
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