Empresarios chinos adquieren nuevas bodegas en Burdeos
El afán antiglobalización del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, no parece arredrar a los empresarios chinos que, tras varios años de adquisición de bodegas centenarias en Burdeos, acaban de hacerse con el Château Bel-Air, adscrito a la denominación de origen Castillon Côtes-de-Bordeux y ubicado en el Pago de Bel-Air en Belvès-de-Castillon, en Gironde.
Bel-Air era propiedad desde 1993 de Patrick David y cuenta con 55 hectáreas situadas al este del legendario Saint-Emilion, cerca de Castillon-la-Bataille, y ahora ha pasado a manos del grupo alimentario Golden Field que pretende, con la operación, copar una gama de vinos más reconocidos que los que hasta ahora tienen entre los profesionales del sector.
Una de las razones esgrimidas por los inversores chinos es que sus adquisiciones, como es este caso, cuentan con una larga trayectoria histórica en el mercado y, además, son bodegas con gran arraigo, ya que en este caso data del siglo XVII. De hecho está emplazado sobre una capilla que en otros tiempos fue lugar de reposo de los peregrinos que hacían el camino de Santiago de Compostela.
Bel Air produce anualmente alrededor de 400.000 botellas con la etiqueta Château Bel-Air y se añada a los 4.000 restaurantes y minimercados que la multinacional china posee en Pekín, Sanghai, Taiwan y también en Francia.
Golden Field posee, además, una enorme plataforma de venta on-line que cuenta con 30 millones de clientes y forma parte de los 130 châteaux que funcionan bajo propiedad china y que suponen alrededor del 2% de la superficie total del viñedo bordelés.
El mercado chino del vino creció durante 2015, según datos procesados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (www.oemv.es) casi un 45% en volumen hasta los 5,56 millones de hectolitros y de más del 37% en valor hasta los 1.743 millones de euros, a un precio medio de 3,15 euros el litro. A la par, los ingresos por la compra de vino envasado han pasado del 17% en el año 2000 al 92% en 2015, con 1.606 millones de euros y 3,97 millones de hectolitros; a un precio ligeramente superior a los cuatro euros el litro.
El vino a granel ha supuesto 1,46 millones de hectolitros, un 79% más que en 2014, por importe de 85 millones de euros, casi un 46% más y a un precio medio de 0,58 euros el litro, un 18% menos que en el ejercicio anterior. El espumoso alcanzó los 0,13 millones de hectolitros, un 7% inferior, por un montante de 52 millones de euros, un 24% menos y a un precio medio de cuatro euros el litro, con caída superior al 18%.
Francia fue el mayor exportador de vino a China con 1,72 millones de hectolitros por valor de 772 millones de euros; seguido de Australia con 69 millones de litros por importe de 388 millones de euros; Chile con 1,54 millones de hectolitros por 200 millones de euros; España con 0,78 millones de hectolitros por 111 millones de euros e Italia, con 0,29 millones de hectolitros por importe de 86 millones de euros.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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