El precio del granel se consolida tras diez años de fortísimos ajustes

Los últimos diez años han sido para el mundo del vino a granel, en general, tiempos duros de los que se ha aprovechado un mercado muy centralizado, con pocos compradores y con operaciones directas en las que el juego oferta-demanda ha estado bastante

Llama la atención que la apertura de operaciones, producida como consecuencia de la puesta en marcha de la World Bulk Wine Exhibition (WBWE) en solo dos ediciones, haya desembocado en una mejora del precio cuya tendencia se ve claramente tanto en la repetición del precio medio en el índice interanual como en la mejora producida en el primer semestre de 2011, según datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV).

Los vinos a granel sin denominación de origen protegida han crecido casi un 60% en valor hasta alcanzar los 181,5 millones de euros y más de un 56% en volumen hasta superar los 5,62 millones de hectolitros con un precio acumulado en el año de 0,32 euros por litro, pero con un aumento en el interanual de un céntimo. El aumento del precio medio en el interanual llega también a los vinos a granel con denominación de origen protegida y pasa de 0,60 a 0,63 euros litro, casi un 5,5%.

Pero hay un dato importantísimo a tener en cuenta y en el que la WBWE ha jugado un papel primordial, la venta de vinos a granel con indicación varietal que crecen nada más y nada menos que un 243% en volumen, al pasar de 13 a 45 millones de litros y un 251% en valor al pasar de 4,4 a 15,4 millones de euros. Este es probablemente uno de los caminos a seguir. Se trata de continuar la estela de lo que la feria de Ámsterdam denomina little treasure.

Este fenómeno, frente a quienes aseguran que la obligación de España es de vender el 100% de sus vinos en botella, demuestra que la elaboración de granel puede ser también rentable si se tiende a la diferenciación, que puede y debe también pasar por vinos ecológicos, kosher, en bag-in-box, etcétera.

El aumento del precio del granel ha contado con este factor que, en buena lógica, debe sumar, pero no hay que olvidar que la subida de precios de las últimas ventas se debe, sobre todo, a la escasez de oferta y aumento de la demanda que ha hecho que se vacíen buena parte de las bodegas y cooperativas españolas, especialmente de vino blanco, que hasta ahora tenía una salida más difícil y compleja.

No sabemos qué pasará cuando llegue la nueva cosecha, en la que parece que Francia cuenta con una tendencia al alza, y con la competencia que el mosto va a tener, de nuevo, con el zumo de manzana, que el pasado año cayó bajo mínimos y dejó vía libre al jugo de uva. Aquí también hay un importante camino, al que no son ajenos los países árabes por cuestiones religiosas obvias, para el aumento del consumo de zumos de uva varietales, un camino que ya han elegido algunos empresarios españoles.

Y es que mosto, vino y alcohol forman un conjunto que empieza a caminar de nuevo con una vendimia que ha llegado con adelanto como consecuencia del fuerte calor veraniego. Oferta y demanda afilan sus cuchillos cara al nuevo curso. La WBWE el 21 y 22 de noviembre va a ser, de nuevo, un importante test para tomar el pulso al mercado mundial del vino a granel.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV