El listillo del verano
¿Qué busca este señor? Supongo que liderar un movimiento, ganando así notoriedad, que se hable de él y su cadena de restaurantes.
Me ha hecho mucha gracia que los restaurantes de la cadena londinense Brinkley’s hayan boicoteado los vinos españoles en respuesta a la polémica estival de Gibraltar. Boicot a los vinos españoles. Me enfado y no respiro. Yo me parto, para empezar, esos vinos que tiene en stock él ya los ha pagado. ¡Listillo! Y me imagino que ahora egoístamente se los beberá en casa sin que nadie le vea. A escondidas. Tal vez incluso los tire por el desagüe en un arrebato de locura quijotesca. La verdad es que esto último no lo creo.
Pero si se analiza la noticia, me parece una buena idea. Para empezar, ha elegido el vino ¿y por qué no otro producto? Podría haber hecho boicot a los apartamentos de la burbuja, o al cine español, o a no visitar Benidorm nunca más. Pero no, ha elegido el vino. Un producto de calidad que sabemos hacer (en algunos casos).
¿Qué busca este señor? Supongo que liderar un movimiento, ganando así notoriedad, que se hable de él y su cadena de restaurantes. Y así crear más clientela orgullosa de ser británica. Bien llevado, crearía un debate social, una portada en el diario sensacionalista The Sun, posiblemente tendría algo de transcendencia internacional, arrastraría consigo a la masa beoda británica a no comprar nunca más nuestros vinos, tambalearía nuestra industria vitícola, y que el Gobierno Español dejase de tocarle las narices. Negocio redondo.
Pero nada más lejos de la realidad. La noticia tan solo la he leído en medios españoles. No la he hallado todavía en los grandes medios de comunicación británicos. Su web ni siquiera ha tenido aumento de visitas, y por si fuera poco, sus vinos aún perduran en la lista de vinos que ofrece la web. Todo un bufón. Nuestro mercado británico no se ha resentido ni un ápice.
No le critico, al menos lo ha intentado. Pero esa campaña le podría haber sido muy beneficiosa para él, dañina para nosotros, y un regalito para nuestros competidores en el mercado británicos.
Conclusión: un boicot bien organizado, si no es en nuestra contra, puede convertirse en una oportunidad de eliminar competencia, en el caso de que se lo hagan a nuestro vecino. Además nos podemos aprovechar el hueco existente como aves de rapiña y posicionar nuestros productos en un nuevo mercado. Y si somos quienes lo lideramos, incluso se podría ganar una publicidad gratuita en medios.
Arturo Blasco
Enólogo.
|
Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email