Desplome de las exportaciones de granel en el año 2018. Marcha de los mercados
Aunque esto es real, sobre todo en algunas zonas, no hay que alarmarse excesivamente, ya que las causas han sido las normales, si tenemos en cuenta la situación en los mercados internacionales.
Según los datos del Observatorio Español del Mercado del Vino, en Iberoamérica, China, África, etc., el volumen de las exportaciones baja, en algunos casos estrepitosamente. Aunque es cierto que los precios suben. Una y otra cosa van unidas en íntima relación: el vino está más caro y por eso el volumen comprado es menor. La tónica general este año será que exportaremos más, pero el montante económico bajará.
Es cierto que este año nos pasa todo lo contrario que el pasado, con una de las cosechas a nivel mundial más bajas. Este año hemos remontado siendo de las más altas de la serie histórica, lo que nos lleva también a tener algunas dificultades más a la hora de exportar. Pero todos confiamos en que la cantidad a exportar sea superior; otra cosa será el importe.
Se da la circunstancia de que nuestros competidores también tienen buenas cosechas, lo que hará que la competencia sea más dura, además de que a nosotros nos comprarán menos también.
Con estos antecedentes y situación de los mercados mundiales, si nos remitimos a los nacionales, la situación es complicada: tenemos una cosecha alta y el nivel operativo es muy bajo. Los precios, más o menos deprisa, pero no paran de ir cediendo a la baja y ni aun así se van colocando los vinos. Así las cosas, estamos terminando enero, y las bodegas mantienen aún una gran cantidad de vino sin vender en sus depósitos. Vinos que, en muchos casos tienen bajas graduaciones, algunos desequilibrios, y cuando vengan los calores pueden pasar dificultades.
Aparte de esto, que obligará a un mayor control, lo importante es lo primero, y es que el vino baja, y no se realizan operaciones. La pregunta de mucha gente es ¿hasta dónde llegará el precio del vino? Difícil de contestar, no cabe duda, la situación es complicada, el final de campaña dependerá mucho también de la primavera y la brotación. Pero, en estos momentos y en espera de ver qué sucede entonces, la situación es de gran desánimo. Analizando la situación, no veo a corto o medio plazo la posibilidad de subida del vino, por más vueltas que le demos. También es verdad que no todo consta de bajar el precio, les aseguro que no por bajarlo mucho se va a vender más. A quien no le hace falta el vino, por muy barato que se le ofrezca, no lo compra. Saldrá al mercado cuando necesite algo y comprará lo estrictamente necesario para unas pocas semanas, en la seguridad o creencia de que, tras esas pocas semanas, cuando necesite más vino, lo comprará a igual o a menor precio.
La situación, ya ven, es complicada, muy complicada. Es, ni más ni menos, a la que ya estamos acostumbrados cuando hay cosechas grandes y sobra vino. Por eso repito: hay que tomar medidas y hay que empezar a tomarlas desde el campo, hay que controlar producciones, eso es fundamental, si se empieza por controlar eso, seguro que, a todo el sector, incluido el agrario, le irá mejor.
Iremos analizando los mercados ante una campaña tan difícil como la que tenemos. Aconsejo serenidad, ya sabemos lo que tenemos y si los nervios son los que mandan en el mercado, seguro que será peor para todos.
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