Comentarios de las vendimias
Todos los años lo digo: los rumores en boca de vendimias están a la orden del día y los hay de todas clases, a elegir por todo el amplio espectro del sector.
Desde hace unos días, oigo y leo, por doquier, las bondades que deben tener los precios de la uva en estas vendimias. El Gobierno central, los autonómicos, sindicatos, etc. Una gran parte del sector dice que la uva debe tener un muy buen precio. Y me pregunto yo ¿a qué precio se refieren?, ¿quién puede decir que un precio u otro es el que es bueno para la uva? Y, avanzando un poco más ¿qué precio debe tener la uva que, siendo bueno, sea bueno para todos? Es decir, para agricultores, elaboradores, comercializadores, industria, exportadores… Porque supongo que cuando se desea eso por parte de la Administración, se debe referir no solo a una parte del sector, sino a todas aquellas parcelas que deben ganar algo en el mundo del vino.
El precio de la uva no sería bueno si solo lo fuera para el agricultor, o para el elaborador. Y es extraño nunca se piense de esta manera. Los sindicatos, por ejemplo, solo piensan en que el precio sea bueno para el agricultor, y nunca les es suficiente. Es normal, no lo critico, es su papel en este teatro, aunque bien es verdad que a veces se pasan y siempre se oye por parte del comprador de uva las célebres frases como “en mi bodega los sindicatos no van a poner el precio de la uva” o la consabida “que pongan ellos una bodega, compren uvas a ese precio y se hinchen a ganar dinero”. Todos ustedes habrán oído hablar así alguna vez. ¿Quién tiene razón? Los dos, sin duda.
El precio de la uva no sería bueno si solo lo fuera para el agricultor, o para el elaborador. Y es extraño que nunca se piense de esta manera.
La verdad es que venimos, se diga lo que se diga, de unos años buenos para el agricultor. No es que haya que tirar campanas al vuelo, pero a los precios que últimamente se paga la uva, se pueden criar.
Este año, por ejemplo, podemos tener un precio final bueno, incluso mejor que el año pasado, aunque el precio por kilo sea menor, que lo será. Esto se debe a que el año pasado hubo poca cosecha y la uva salió a un precio elevado.
Este año pasado, por ejemplo, el agricultor ha sacado dinero por la uva, el elaborador también le ha ganado a su vino. Sin embargo, el industrial, el embotellador, ha sufrido sin duda pérdidas importantes, la comercialización, sobre todo en el mercado interno, muy oprimida por las grandes superficies, que no han permitido repercutir la subida del vino en bodega al producto finalizado, ha hecho que las ganancias sean mínimas o que hayan tenido pérdidas, asumidas con tal de seguir en los lineales de los hipermercados, pero a un precio que les producía perdidas en muchos casos.
Por eso, y desde la neutralidad que me exige el ser informador para todo el abanico del sector, yo pido buen precio, sí, pero para todos, que cada parte pueda coger un trozo de tarta del festín, ya que si una de las partes, como siempre pasa, no marcha bien, esto no es bueno para el sector. Es muy difícil conseguir que todo el mundo salga contento, sin embargo, todos sabemos dónde está el punto medio. Aunque nadie destaque, la uva debe tener un precio digno y aceptable, que a la vez permita al elaborador vender su vino con un margen de beneficio, pero lo suficiente para que, al embotellador, exportador, obtenga rendimiento. Y ese margen está siempre en un precio del vino suficiente, pero a la vez competitivo en los mercados internacionales. Si conseguimos ese equilibrio, todo el mundo estará más o menos contento. Y eso es lo que desde El Correo del Vino y personalmente, deseo a todo el sector.
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