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Bajamos en exportaciones de vino

El 28 febrero, 2017

Hacía muchos años que no ocurría, pero la clara tendencia al alza que hemos tenido durante estos años a la hora de exportar vino se ha roto, por desgracia, en 2016.

Hemos descendido en valor y en volumen, sobre todo en volumen. Un 7%, según los datos ofrecidos por el Observatorio Español de Mercados del vino.

Ahora hay que intentar analizar el porqué de esta bajada; las claves son relativamente fáciles a la vez que complicadas. Calidad no nos ha faltado, la tenemos y superior a la de muchos países contrincantes. Por tanto, una de las causas, seguro, es el precio del vino. Una subida grande, a la vez que ficticia ya que apenas se ha operado a lo que se pretendía, ha hecho que los operadores internacionales se vayan a otros países a adquirir el vino. Esto lo he dicho desde el principio de campaña en esta columna.

Tras la vendimia se creía -nos creíamos, por incluirnos a todos- que el vino se pondría por las nubes, por la poca cantidad que se decía que había. Estuvimos esperando a los compradores internacionales, con la escopeta cargada, pero el caso es que no llegamos a disparar ni un solo tiro. Cuando vieron lo desorbitado de nuestras pretensiones, simplemente se dieron la vuelta, buscaron otros mercados y los encontraron, sobre todo en Italia. Y allá que se fueron para adquirir las primeras (y fuertes) compras de después de vendimias, dejando relegada a España a un segundo plano. En el mercado español se quedó para adquirir monovarietales y florear así otros vinos; compraron mucho bueno, pero en pequeñas cantidades. Y aquí nos quedamos los españoles con el grueso del granel, el que cuesta trabajo vender, en nuestras bodegas: compuestos y sin novia.

Perdimos clientes de muchos años, que nos había costado mucho conseguir. Y ahora, cuando se les ha ido a ofrecer el vino, han ocurrido dos cosas: la primera que ya habían comprado y las necesidades eran menores o nulas; y la segunda, que se han dado cuenta de la debilidad de los mercados españoles y nos están apretando las clavijas. Incluso podríamos poner una tercera causa más maquiavélica en el que podrían darse variables como la venganza, mirada comercialmente, y el regocijo de que no me quisiste vender y ahora tienes que venir a mí.

Los mercados interiores, los españoles, les pasa tres cuartos de lo mismo. Yo achaco también al primer “susto” que todo el mundo creía que el vino subiría enormemente y compraron para casi toda o toda la campaña y en estos momentos, con vinos comprados más o menos caros, la verdad es que la mayoría ni atienden a la marcha del mercado español, ya que, sencillamente, no están en compras.

La solución, difícil pero no imposible. Tenemos la calidad estupenda de este año, y hemos bajado precios, por tanto podemos reconquistar estos mercados, no se nos va a arreglar en un año, yo espero que si no cambian mucho las cosas, este año podemos seguir bajando algo en la exportación, pero también es cierto que hay que confiar en nuestros empresarios, que seguro vuelven a abrir los caminos que ahora se nos han cerrado.

Lo que sí me gustaría es dejar constancia y que esta pequeña o gran lección que los mercados internacionales nos han dado nos sirva para aprender y, sobre todo, asimilar que el mercado siempre pone a cada uno en su lugar, aunque haya gente que se crea con fuerzas suficientes para manipularlo, y este año lo hemos visto.