Vigiriega, Beba y Perruno, variedades prefiloxericas del Marco de Jerez

El rescate de variedades históricas es una tendencia clave dentro del Marco de Jerez. En 2022, el Consejo Regulador autorizó el uso de uvas históricas, que ofrecen nuevas oportunidades ante las cambiantes condiciones climáticas.
La variedad palomino sigue siendo la gran protagonista por su singular relación con los suelos de albariza, pero las bodegas también están recuperando uvas ancestrales como la vigiriega, la beba y el perruno. Estas variedades prefiloxéricas se perfilan como una respuesta sostenible y adaptada a los desafíos del cambio climático, contribuyendo a la diversidad y singularidad del viñedo jerezano.
El Marco de Jerez progresa con fuerza en línea con las nuevas tendencias del mercado. La autenticidad y la innovación se han convertido en pilares fundamentales en la producción de la D.O. Jerez y la D.O. Manzanilla de Sanlúcar, características que se suman a la filosofía sostenible que se lleva defendiendo en la región durante cientos de años. Esto refleja la capacidad de adaptación de las bodegas que forman parte del Consejo Regulador, quienes, sin perder la esencia histórica y única de estos vinos, avanzan junto a un consumidor cada vez más exigente y consciente.
Sostenibilidad como eje central
La sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental en la industria del vino y el Marco de Jerez es un claro ejemplo de este compromiso. Para hacer frente a los desafíos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas y la escasez de agua, la región apuesta por una viticultura sostenible que equilibra tradición e innovación. Su enfoque no solo preserva un legado histórico, sino que también proyecta el futuro del Jerez como referente en prácticas ecológicas.
Desde hace siglos, bodegas y viticultores han aplicado estrategias sostenibles, muchas de ellas basadas en conocimientos ancestrales. Un ejemplo es la técnica de aserpia, que permite la creación de piletas en los viñedos para retener el agua de lluvia y optimizar su uso en los meses más secos. Asimismo, la crianza biológica con el velo de flor protege al vino de la oxidación sin necesidad de sulfitos, garantizando un proceso más natural y respetuoso con el medio ambiente.

Redacción La Gaceta del Vino
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