Nace la asociación de bodegas Monsant Nord
Las bodegas de la zona norte de la Denominación de Origen Montsant han constituido una asociación para promover las particularidades de los vinos que se elaboran en esta zona, la más fresca de la DO Montsant.
La Asociación Montsant Nord está constituida por diez bodegas ubicadas en los cuatro municipios que conforman la zona, Cornudella de Montsant, Ulldemolins, Albarca y Siurana.
Las bodegas que han constituido esta asociación son Agrícola d’Ulldemolins, Celler Cooperatiu de Cornudella, Celler de l’Era, Celler Gritelles, Celler Noguerals, Celler Ronadelles, Celler Serra Major, Cingles Blaus, Clos Maria y Companyia Vitícola Sileo. Todos ellas elaboran sus vinos con uva procedente exclusivamente de esta zona, y ahora quieren “dar a conocer las peculiaridades que tiene esta zona en diferencia con el resto de las zonas de la DO Montsant”, aseguran desde la asociación.
La asociación cuenta con el apoyo de la DO Montsant, y los que la conforman confían en que sirva “para que otras zonas de la DO puedan unificar sus esfuerzos para ayudar a difundir mejor los vinos de la DO Montsant”.
Los vinos de Montsant Nord
Viticultura de altura, apuesta por variedades autóctonas -fundamentalmente garnachas y cariñenas– y vinificación de mínima intervención son los elementos característicos y definitorios de las bodegas que forman parte de la Asociación Montsant Nord.
Sus fincas se encuentran situadas a altitudes de entre 400 y 800 metros sobre el nivel del mar, bajo la influencia de cumbres de más de mil metros de altitud. Las singularidades orográficas de la Sierra de Montsant y la Sierra de Siurana crean un microclima único, que protege las viñas de la brisa marina para favorecer una buena maduración y un equilibrio perfecto de la uva.
En estas fincas se trabajan fundamentalmente variedades históricas de la zona, como son las garnachas y cariñenas, que crecen en suelos diversos como la pizarra, la roca calcárea y la arcilla, y que confieren a la uva unas características diferentes y particulares.
El resultado son unos vinos de gran frescura, que conservan mucha acidez, con una concentración de taninos que permite un envejecimiento de muy larga duración. Son vinos que, además, mantienen su frescor tanto si son vinos jóvenes como si son vinos de crianza.
Redacción La Gaceta del Vino
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