‘La DO Toro tiene ganas de innovar. La uva es la misma pero la intención del viticultor es diferente’

La Denominación de Origen Toro celebra en Madrid su 30 aniversario en un ambiente festivo, y con el periodista Fernando Ónega como maestro de ceremonias, quien ofreció un discurso cercano a la homilía, en el que se destacaba la calidad de los vinos de Toro. A través de pasajes históricos, Ónega ofreció razones de sobra para «canonizar» a estos vinos que calificaba de «fuertes y elegantes» y «todo un ejemplo de la transformación de España en las últimas décadas».

El periodista Fernando Ónega fue el maestro de ceremonias con un discurso que revestía al momento de acto de canonización. “El vino es la única religión verdadera. Hoy me siento como el Papa canonizando a un Santo, y es que el vino de Toro cumple las tres características para poder ser canonizado”. Comenzó aludiendo al currículo religioso, y a la presencia que durante siglos ha tenido el vino de Toro en conventos y abadías (por no mencionar las numerosas apariciones en la literatura). Continuó por el “sufrimiento” al que se ha visto sometido el vino de Toro a lo largo de los años, “los estudiantes acostumbrados a vinos de tasca decían del vino de Toro que era duro”, relataba Ónega, entre otros relatos populares. Por último, hizo referencia a sus milagros, pues “el vino alarga la vida”.

Por todas estas razones, continuaba Ónega, “el vino de Toro se ha ganado el cielo”, un premio que está reforzado por “su Santidad el mercado”, con 12 millones de botellas vendidas al año, un 37% de exportación y un aumento de las ventas del 12%; unos datos que refuerzan las declaraciones del presidente de la DO, Felipe Nalda Álvarez: “la intención última de todos los esfuerzos es situar a los vinos de Toro entre los mejores de mundo”.

Una denominación con mucha historia que en estos momentos atraviesa su mejor momento, tras una transformación en la forma de entender la Tinta de toro y en la manera de elaborar vinos. “Toro es un ejemplo perfecto de la transformación que se ha desarrollado en España en los últimos 30 años”, afirmaba el periodista, “nuestro país se ha modernizado y una de las vías ha sido el vino”, al que incluía dentro de la revolución silenciosa, realizada desde fogones y bodegas. En el caso de esta denomianción, "la DO Toro tiene ganas de innovar. La uva es la misma pero la intención del viticultor es diferente".

Esta revolución y calidad se pudo catar durante la celebración del 30 aniversario al que acudieron más 30 bodegas de la DO Toro, entre los que destacaron los tintos, con diferentes perfiles y personalidades según cada bodega.

En el acto estuvieron presentes con sus vinos más de 30 bodegas de la DO, y asistieron representantes de la restauración madrileña, embajadores de los vinos de Toro, del sector productor y elaborador, miembros de los Gobiernos Central y regional, así como integrantes del propio Consejo Regulador de la DO Toro.

DO Toro: 30 años

En la década de los 70, se comenzaron a dar los primeros pasos hacia la constitución de la Denominación de Origen Toro, lo que se consiguió en 1987. En sus inicios contaba con un pequeño grupo de 7 bodegas; en la actualidad cuenta con 62.

Desde sus inicios, el objetivo fue “poner en valor los vinos que venían elaborando con la variedad autóctona, la Tinta de Toro y tener un marchamo que fuera una garantía de origen y calidad para los consumidores”.

En estos años la transformación en Toro ha sido muy notoria, con la llegada de grandes firmas (Mauro en 2001, Vega Sicilia en 2002 o la familia Eguren en el año 2000), o el desembarco de importantes empresas de otras regiones vitivinícolas españolas e inversores franceses, grupos inversores que han dado un giro comercial importante a la DO.