El proyecto FITOVID consigue disminuir hasta un 50% el uso de fitosanitarios en la vid, gracias a la viticultura de precisión
Gracias a la gestión integrada de plagas y el uso de técnicas alternativas a los plaguicidas, como las no químicas, el proyecto FITOVID ha conseguido recabar datos durante 3 años con los que se podrá reducir de forma significativa el uso de tratamientos para las enfermedades de la vid. Con ello se logra un uso más sostenible de los recursos.
El proyecto FITOVID tenía com objetivo era demostrar la utilidad de la viticultura de precisión orientada a la sostenibilidad ambiental, que es posible reducir el impacto ambiental de la producción de uva si se disminuyen las aplicaciones de fitosanitarios. La investigación ha sido liderada por NEIKER-Tecnalia, Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, dependiente de la Viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco, y han participado como socios AZTI, Tecnalia, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
La investigación, que ha tenido una duración de tres años, ha finalizado con una jornada de transferencia al sector celebrada a finales del mes de septiembre en Arkaute, donde se han presentado los resultados.
El proyecto FITOVID se ha centrado en el tratamiento de las enfermedades de mildiu y oidio, las más habituales en los viñedos de La Rioja Alavesa y en txakoli. En el caso del mildiu, se ha logrado reducir un 50% el número de tratamientos necesarios, y en el oídio, un 20% respecto al modelo habitual aplicado por bodega o viticultor. Sobre una hectárea, esta reducción permitiría un ahorro económico del 28% para el control del mildiu y del 90% para el oidio. Los resultados se han dado a conocer en una jornada que ha tenido lugar en Arkaute, en la que han tomado parte diversos agentes del sector viticultor y que ha contado con la presencia de Bittor Oroz, Viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco.
Desarrollo de la investigación
Se ha trabajado en parcelas ubicadas en dos zonas agroclimáticas, una en Laguardia (Araba) y otra en Aia (Gipuzkoa), donde se han aplicado distintos productos fitosanitarios en la variedad de vid más representativa de cada zona: en Laguardia se ha testado en Tempranillo y en Aia sobre Hondarrabi zuri. La investigación ha consistido en emplear en estas parcelas nuevas técnicas de manejo y los fitosanitarios más comunes, y en evaluar el uso de fitosanitarios denominados ‘residuo cero’ como alternativa a los productos convencionales.
Las parcelas se dividieron en subparcelas para aplicar diferentes esquemas de tratamientos en las campañas 2015 y 2016. Los frutos y cosechas obtenidos se analizaron en la UPV/EHU, para valorar la persistencia de los fitosanitarios en el suelo, el agua y en los productos del viñedo (uva, mosto y vino). Y en AZTI para realizar los análisis de toxicidad y bioaccesibilidad de los mismos en seres vivos, mediante ensayos en pez cebra. Con la colaboración de Tecnalia se ha desarrollado un dispositivo capaz de detectar el mildiu antes de que el ojo humano sea capaz de ver los síntomas en la planta, como herramienta que facilite la toma de decisión de aplicación del primer tratamiento para disminuir la presión infectiva del microorganismo que provoca la enfermedad. Y la UPC ha impartido formación a los viticultores y técnicos del sector sobre la calibración de la maquinaria aplicadora, haciendo hincapié en la necesidad del estado óptimo de estos equipos para contribuir en la disminución del aporte de fitosanitarios al medio ambiente y aporte de la carga justa al cultivo para evitar excesos en el producto final.
El proyecto FITOVID se plantea en base a la Directiva Europea de Uso Sostenible de Plaguicidas, 2009/128/CE, que establece un marco para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas mediante la reducción de los riesgos y los efectos del uso de los plaguicidas en la salud humana y el medio ambiente, y el fomento de la gestión integrada de plagas y de planteamientos o técnicas alternativos, como las alternativas no químicas a los plaguicidas.
Fuente: NEIKER-Tecnalia
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