El futuro de los refrigerantes: el reto de la sostenibilidad y la eficiencia energética

El 1 de enero de 2015 entró en vigor el reglamento europeo 517/2014 (F-Gas), que busca limitar las emisiones de gases fluorados de efecto invernadero. Sesde 2014, en España la ley 16/2013 grava la venta de estos gases mediante un impuesto específico. Incluso en un sector como el de los gases fluorados, habituado a adaptarse ante la aparición de nuevas leyes, esta doble legislación nacional y comunitaria ha provocado un cierto desconcierto. ¿Cómo afecta esta situación a nuestras empresas?

Analizando el reglamento F-Gas, llama la atención el calendario de restricciones que se establece para la puesta en mercado, servicio y mantenimiento de los gases de mayor potencial de calentamiento atmosférico (PCA) en las diferentes aplicaciones, y que marca una fecha de caducidad legal para el uso de los hidrocarburos fluorados (HFC), los más utilizados actualmente. Sin embargo, la medida más importante de este reglamento es el sistema de cuotas de CO₂ equivalente, conocido como el ‘Cap and Phase Down’, puesto que controla la cantidad máxima de gases fluorados que puede introducirse en el mercado a través de los años, reduciéndola progresivamente hasta dejarla en el 21% en 2030. Con toda probabilidad, el ‘Cap and Phase Down’ provocará severas restricciones y aumentos de coste que afectarán, especialmente, a los gases de más alto PCA, propiciando su sustitución incluso antes de que sea obligatoria. El impuesto que grava los gases fluorados en España es una medida adicional que impulsa a los usuarios a plantearse el cambio de gas con mayor premura.

Para poder adaptarse a este nuevo marco legal es imprescindible desarrollar una agenda para sustituir los HFC de mayor PCA, como el R404A o el R507, por nuevos productos alternativos más respetuosos con el medio ambiente. Los usuarios se preguntan cuál es el gas más adecuado para sus nuevas instalaciones y si es o no conveniente sustituir el refrigerante de las instalaciones existentes.

Cómo elegir el refrigerante más adecuado para cada instalación

El análisis de las diferentes opciones existentes en el mercado tradicionalmente se ha hecho según criterios de seguridad y de coste, pero en esta nueva coyuntura cobran tanta o más importancia conceptos como la sostenibilidad y la eficiencia energética.

Podemos lograr una instalación más sostenible reduciendo la carga de refrigerante y el nivel de fugas, y utilizando productos con el menor PCA posible, minimizando así las emisiones de CO₂ equivalente. Esto tiene una repercusión positiva obvia en el medio ambiente, así como económica (menor desembolso en impuestos) y logística (menor dependencia de las cuotas de CO₂ equivalente).

Por otra parte, debemos recordar que la eficiencia energética es un criterio fundamental  a la hora de elegir un refrigerante: de hecho, es la clave para afrontar con éxito la evolución técnica en la que estamos inmersos, ya que cuanto mayor sea el ahorro energético logrado menores serán las emisiones de CO₂ requeridas para la generación de la energía. Cabe destacar el ahorro económico que puede conseguirse como consecuencia del menor consumo de electricidad. De hecho, en un supermercado tipo en España más de un 50% del consumo eléctrico anual es debido a las instalaciones de frío, y este coste es entre 10 y 20 veces mayor que el imputable al consumo de gas de la misma instalación (impuesto incluido).  Por tanto, la elección de un gas que permita mejorar la eficiencia energética de la instalación tendrá un impacto entre 10 y 20 veces mayor en los costes totales de mantenimiento que escoger otro refrigerante que ayude a disminuir el coste del gas o del impuesto en la misma medida.

Gran variedad de productos

Existe una considerable variedad de nuevos productos que se presentan como soluciones de futuro sostenibles y de mayor eficiencia energética. Por un lado existe una nueva generación de HFC que permiten reducir el PCA a menos de la mitad respecto a los HFC tradicionales. Destacan entre ellos:

1. el R407F de Honeywell

2. el R442A de Refrigerant Solutions (ambos superan ampliamente en rendimiento y capacidad al R404A y al R507)

3. el R407A (no restringido por patentes pero más limitado en sus prestaciones técnicas)

4. el R453A de Refrigerant Solutions (una solución unificada para reemplazar al R22 y a todos sus sustitutos directos sin necesidad de cambiar el lubricante).

Los HFO (hidro-fluoro-olefinas) son refrigerantes de más reciente creación, con un PCA del orden de 1 pero con clasificación de seguridad A2L (ligeramente inflamables, no tóxicos). Se trata de una opción interesante para nuevos equipos, pero no es factible utilizarlos para sustituír el refrigerante de las instalaciones existentes. Por tanto, los fabricantes han optado por comercializar mezclas de HFO y HFC como solución de compromiso para obtener mezclas no inflamables que permitan una reducción drástica (en torno al 66%) del PCA. Un buen ejemplo es la línea Solstice de Honeywell, con productos como el R448A (reemplazo del R404A y el R507) o el R450A (sustituto del R134a) que ofrecen el menor PCA posible en un gas fluorado no inflamable, así como una mejora de la eficiencia energética.

Productos como el amoníaco y los hidrocarburos son muy poco utilizados en refrigeración comercial debido a su inflamabilidad, pero cada vez se emplean más en entornos industriales por sus buenas prestaciones técnicas y, sobre todo, porque no sufren los efectos de la nueva legislación. La nueva ley tampoco afecta al CO₂, de uso muy extendido como fluido secundario en instalaciones en cascada pero cuyo supuesto bajo rendimiento en un clima como el de nuestro país ha generado un intenso debate en torno a su idoneidad en condiciones transcríticas.

Evolución de la cuota máxima de comercialización gases fluorados en la UE establecido por el sistema de cuotas ‘Cap and Phase Down’ del reglamento 517/2014 (F-GAS)

A la hora de decidir la estrategia de futuro respecto a los refrigerantes es básico que los instaladores y usuarios finales dispongan de información completa y fiable sobre los puntos fuertes y débiles de cada producto. También es fundamental conocer en profundidad las características y circunstancias de cada instalación para poder tomar la decisión más adecuada para ganar en eficiencia y sostenibilidad. Para ello es importante informarse y contar con el asesoramiento de un experto que pueda informar sobre todas las alternativas y recomendar la más conveniente para cada caso concreto.

Algunos usuarios e instaladores temen optar por un gas que pueda quedar obsoleto en poco tiempo ante la aparición de otros productos nuevos. Sin embargo, una vez sustituido el R404A o R507 por un nuevo gas alternativo energéticamente más eficiente, se habrá logrado ya un ahorro considerable incluso en el caso de que en el futuro surgieran nuevos productos mejores; en ese caso siempre podrá plantearse la posibilidad de volver a sustituir el gas con tranquilidad y sin prisa ya que en todo caso la situación habrá mejorado respecto al punto de partida.

Poner en valor el conocimiento técnico: la importancia de contar con un buen asesor

Este  nuevo marco legal constituye un reto pero también es una gran oportunidad de dejar de considerar los refrigerantes fluorados como una commodity y de volver a dar valor al conocimiento técnico. Se adaptarán mejor a los retos del futuro próximo aquellas empresas -ya sean distribuidores, instaladores o mayoristas – que sepan establecer alianzas estratégicas  con partners que les garanticen el acceso a una cuota de producto suficiente para sus necesidades de gases fluorados en general, y en especial a los nuevos productos más sostenibles y con mayor eficiencia energética que son la clave del futuro.

Autor: Ander Leoz, Jefe de producto Gases Refrigerantes de Carburos Metálicos