Nuevo biocombustible renovable con desechos de la industria vinícola
Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Castilla la Mancha propone un nuevo método para elaborar biocombustibles utilizando materiales de desecho de la industria vinícola.
Este nuevo método da como resultado un biocombustible totalmente renovable elaborado a partir de aceite de pepita de uva y bioetanol obtenido a partir de la producción de vino. Las pepitas de uva contienen alrededor del 7% de aceite, que puede ser extraído por prensado o con disolventes (como n-hexano), y este aceite puede convertirse en biocombustible mediante la reacción con el bioetanol.
Según explica el grupo de investigación, las propiedades de este nuevo biocombustible son muy satisfactorias, y se sitúan dentro de los límites establecidos por las normas europeas y americanas.
Este biodiesel, en un país como España con una producción anual media de vino que en 2019 ha superado los 40 millones de hectólitros, es muy interesante a nivel económico, pero también en términos medioambientales. Según se desprende de las conclusiones de la investigación, la producción del biocombustible de aceite de pepita de uva y bioetanol, podría alcanzar alrededor de 20 kilotoneladas, cerca del 2 % del biocombustible consumido actualmente en España.
“El objetivo del estudio no ha sido encontrar la mejor o única fuente de biocombustible, sino incrementar la diversidad de opciones, clave para la sostenibilidad” explican los miembros de la investigación.
Obtener biocombustibles a partir de desechos de la industria vinícola no sólo ayuda a fomentar la economía circular dentro del sector, aprovechando al máximo todos sus recursos, si no que evita ocupar campos de cultivo que podrían destinarse a cultivos para la alimentación, como ocurre con otros biocombustibles. Además, encontrar nuevas fuentes de energía contribuye a los objetivos de muchos gobiernos y organismos internacionales de desligarse de combustibles como el petróleo. “La suma de biocombustibles sostenibles generados a partir de numerosas y diferentes materias primas puede contribuir en un porcentaje muy alto a cubrir las necesidades energéticas mundiales para el transporte, ayudando a reducir la dependencia del petróleo” concluyen los autores del estudio.
El grupo de investigación, formado por miembros del grupo de investigación de Estudios Ambientales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del Grupo de Combustibles y Motores de la Universidad de Castilla-La Mancha (GCM-UCLM), continúa con el estudio de biocombustibles autóctonos en colaboración con varias empresas a través del proyecto regional “Nuevos componentes de origen renovable y autóctono para combustibles de automoción”.
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