Terminamos la campaña 2017/18
El 31 de julio terminará la campaña actual y daremos paso a la nueva 2018/19. Ha sido una campaña rara donde las haya, desconcertante, engañando a muchísima gente a la hora de hacer previsiones.
Tardará mucho tiempo, estoy seguro, en volverse a dar una conjunción como la que se ha dado en esta campaña, en la que, prácticamente en el mundo entero, y desde luego en los países productores, ha habido una cosecha muy corta. Hacía más de 50 años que no se tenía, en el ámbito mundial, una cosecha tan corta, y pasará otra vez mucho tiempo hasta que se vuelva a dar.
Así las cosas, la campaña empezó con una euforia desmedida, con un incremento de precios que marcaban récord cada semana, alegría por parte de los elaboradores, por las buenas perspectivas de comercialización y cierta pesadumbre en el sector embotellador e industrial, viendo que esta subida de precios repercutiría, como lo ha hecho, en las ventas.
El siguiente paso fue la lucha con las grandes superficies por intentar subir el precio del vino y la negativa casi rotunda por parte de estas últimas a permitir subidas, o, en todo caso, permitir ligeras subidas que, desde luego, no cubrían, ni con mucho, lo que el comprador había tenido que soportar, por lo que el quebranto económico ha sido casi generalizado en este sector.
Pero comenzaron a pasar los meses y se veía claramente que el precio tan elevado comenzaba a pesar en los mercados, las compras iban a menos, debido a que la cadena de ventas disminuía eslabón por eslabón, llegando a afectar al elaborador que, ya no tan eufórico, veía que le costaba cada vez más colocar la mercancía a los precios a los que había llegado el vino.
Por otra parte, las primeras ventas, tanto en el ámbito interno como en las exportaciones, fueron rápidas y caras ya que se adquirieron los vinos más demandados, los varietales por un lado y “florearon” el resto, adquiriendo los mejores vinos, quedando las variedades menos demandadas y los vinos de más baja calidad.
Parece mentira que, con 33 millones de hl de cosecha en España, y con unas exportaciones que no se han portado mal del todo, al final los vinos hayan ajado de precio y no se coloquen, los pocos que quedan, en el mercado con la misma facilidad que antes, a no ser que se acepten las contraofertas que se ofrecen.
Con lo cual, terminamos la campaña con vinos claramente a la baja, aunque es cierto que, con una reducción importante de excedentes; las bodegas están prácticamente vacías.
¿Quién habría podido pronosticar al comienzo de campaña que el final fuera este? La verdad es que nadie, al menos yo no lo oí de nadie en el mercado, donde se esperaba una campaña fuerte y complicada.
Ha sido, por tanto, una campaña que nos ha engañado a la mayoría, una rara, extraña, complicada campaña. Si bien es cierto que el sector elaborador ha sacado un muy buen margen comercial por la venta de sus vinos, a muchos industriales, sin embargo, les ha costado dinero esta campaña por la disminución de ventas y márgenes. Esto va por tocas, como se suele decir. Ya veremos lo que nos trae la nueva campaña, tiempo habrá de comenzarla a comentar.
EL CORREO DEL VINO se va de vacaciones, por lo que el próximo boletín saldrá el 23 de agosto. Les deseamos a todos unas merecidas y tranquilas vacaciones donde repongan fuerzas para la inminente vendimia.
EL CORREO DEL VINO DIARIO seguirá informándoles durante este periodo.
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