Italia, precisamente Italia

Italia acusa a España, sin presentar prueba alguna, de que se hacen mostos con glucosa y empleando uva de mesa, la uva de destrío que llamamos comúnmente, ambas prácticas prohibidas.
Ante estas acusaciones, la Asociación Empresarial de Mostos de España, a través de su director general Manuel Civera, ha presentado una queja formal ante el Ministerio de Agricultura por las gravísimas acusaciones vertidas por productores Italia de La Puglia contra los mostos españoles.
No me cabe la menor duda de que va con segundas. Algo persigue en beneficio propio al hacer tan graves acusaciones, cuando es una de las principales compradoras de mostos españoles, sin duda de los mejores del mundo, una realidad que no es simple palabrería, sino un hecho constatado.
Italia quizá no sepa, o no quiera saber, que en España el clima nos acompaña tan benévolamente que no tenemos necesidad de utilizar otros azúcares que no sean los naturales de la uva para elaborar mostos.
¿Que se puede hacer mosto de manera fraudulenta, utilizando productos distintos o uvas no permitidas? Claro que se puede, siempre habrá sinvergüenzas, delincuentes y gente que estafe.
Ningún país puede decir que no hay fraudes, robos o asesinatos. Pero si se hace tan grave acusación, sencillamente hay que demostrarla. Los italianos han tirado la piedra y han escondido la mano, no han demostrado nada fehacientemente, sólo acusan, con eso de “difama que algo queda”.
Es como si yo, ahora, dijera que los italianos venden nuestro aceite como suyo, o que la gran cantidad de vino y mosto que se llevan de España no siempre sale como español o comunitario, y sí como italiano. O que cuando existieron los célebres transfer de destilaciones de alcohol que se podían hacer en un país o en otro, hicieron cosas muy sospechosas. O que cuando viene vino de Argentina curiosamente, si pasa por puertos Italianos, cambia de nomenclatura.
Todo esto lo diría si tuviera pruebas, pero como no las tengo, me callo y no acuso. Simplemente lo apunto como una posibilidad o rumor que se puede decir por el resto de Europa.
En la misma denuncia se dice algo que me extraña y es que:
Tal denuncia se establece sobre premisas falsas, como afirmar que se elaboraron en España mostos de ínfima calidad con destino a la destilación obligatoria, sin indicar operador o partida alguna que sostengan su argumento.
No quiero meter la pata, pero hacer mostos para destilación obligatoria lo veo imposible. Otra cosa es que se hagan mostos para fermentarlos y dedicar el vino procedente de esa fermentación a la destilación, ya que un mosto difícilmente se puede destilar al no tener alcohol. De todas formas, como bien dice nuestra asociación en la nota que pueden leer en las noticias de esta semana, no es el caso ya que, cuando acusan, no hubo destilación de ninguna clase.
Termino indignado, como nos debemos sentir todos los españoles, ya que son acusaciones que nos pueden hacer mucho daño. Damos nuestro apoyo total y nos ofrecemos para las difusiones que estimen conveniente la asociación de mostos. Y formulamos, desde aquí, nuestra más enérgica queja a Italia, precisamente Italia, por las acusaciones que hace sin aportar ni un solo dato que pueda respaldar la veracidad de esas acusaciones, que desde ya las consideramos falsas, manipuladas e interesadas.
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Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino
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