Cinco vinos para beberte Alemania, según Daniel Monsonis (Eclèctic Vins)

Una etiqueta de vino alemán es una de las cosas para las que la vida es demasiado corta.

A priori la cita atribuida a un crítico literario suena intimidante, pero la verdad es que bien merece la pena adentrarse en el mundo de los vinos alemanes, que quizás esté viviendo uno de los capítulos más ilusionantes de su historia. Historia que se remonta a más de dos mil años atrás, donde celtas y romanos ya cultivaron la vid en las imponentes y empinadas laderas de suelos pizarrosos que serpentean a lo largo del río Mosela.

Con trece regiones productoras y más de un centenar de varietales plantadas, es difícil hablar de vinos alemanes y no hacerlo empezando por la diva Riesling, varietal de infinitos registros, con su bien ganada reputación mundial resultado de unos vinos que perduran en el tiempo con una frescura envidiable sin necesidad de largas crianzas y con bajas graduaciones. Capaz de proporcionarnos desde vinos secos y afilados hasta vinos dulces y complejos con infinita capacidad de guarda que desafían la inercia natural del paso del tiempo.

Pero Alemania es mucho más que Riesling y cabe destacar entre otras uvas blancas la sylvaner, Gutedel, Weiss- o Grauburbunder (Pinot blanc y Gris), y tintas como la Lemberger (conocida como Blaufränkisch en Austria) y en especial la Spätburgunder (Pinot Noir) que nunca como ahora había sido centro de tantas miradas e interés desde todos los rincones del planeta vino. Todavía capaces de mostrar una frescura y accesibilidad ya no tan comunes en regiones vecinas aparentemente más castigadas por el calentamiento global.

Alemania vive además un momento excitante de relevo generacional, a los grandes nombres que con su savoir faire han situado a estos vinos en la cúspide mundial se suma en los últimos años la eclosión que estamos viviendo de una nueva generación de viticultores enfocados en el terroir que están dando forma al próximo capítulo del vino alemán.

Dejamos testimonio de la brillante historia, presente y futuro a través de la selección de los cinco vinos que, desde Eclèctic Vins te presentamos a continuación.

Merkelbach Kinheimer Riesling Rosenberg Kabinett 2021 (Mosel)

Bodega de culto del Mosela de los octogenarios hermanos Rolf y Alfred Merkelbach con apenas 1,5ha. de viñedo muy viejo entre Kinheim y Ürzig. Si la cara es el reflejo del alma aquí lo es su etiqueta, que hunde sus raíces en la tradición del Mosela. Parcelas vendimiadas en una sola pasada contra lo que viene siendo habitual en nuestros días. Vinos frescos, ligeros y perfectamente equilibrados que invitan a beberlos en cualquier ocasión y compañía, un vino inmune al paso del tiempo como atestiguan etiquetas del año 2000 bebidas recientemente.

Selbach Oster Riesling Zeltinger Sonnenuhr Auslese 2020 375ml (Mosel)

Los riesling de Selbach-Oster no son vinos impulsados por el zeitgeist que cambian de estilo según los caprichos de la moda, ni se elaboran siguiendo una receta. Son vinos con apego al
origen, con estructura, nacidos de la pizarra. Este sutil auslese equilibra su dulzor con una vibrante acidez, muestra diferentes capas en el paladar y permite tanto su disfrute inmediato
como la guarda durante décadas donde las notas dulces dejarán paso a una maravillosa complejidad.

Lukas Hammelmann Riesling Zimkaes Trocken 2021 (Pfalz)

El joven Lukas Hammelmann produce vinos incisivos y contundentes, brillantes incluso rompedores. Procedente de uno de sus mejores pagos, Zeiskamer Klosterberg, el vino pasa un
tiempo en un viejo Fudre del Mosela de la bodega Kerpen. Los vinos de Zeiskam son siempre muy escasos, pedregosos y ahumados. A menudo recuerdan un poco a los vinos del Nahe. El
vino se presenta con su inconfundible estilo Hammelmann ya exigente en la copa. Necesita tiempo y aire. Un vino seco (trocken), con mucha estructura y tensión. Como compañero de comida, necesita contrastes en el plato.

Weingut Seckinger Chardonnay Mailkammer Kapellenberg 2021 (Pfalz)

Los hermanos Jonas, Lukas y Philipp Seckinger, merodeando la treintena, producen excelentes rieslings y también chardonnays. El Kappellenberg se extiende con su suelo calcáreo macizo
con arcilla margosa hasta que ya se puede vislumbrar el valle del Rin. Evoca a Borgoña o al Jura. Especiado, profundo, con acidez franca. Con toques minerales y salinos. La crianza en
madera nueva y sobre lías finas dan como resultado una fantástica interpretación del Chardonnay del Palatinado. Vinos al igual que los de Hammelmann con gran capacidad de
guarda, si alguien tiene la paciencia para ello.

Weingut am Schlipf Schneider Spätburgunder Weiler 2019 (Baden)

En el capítulo de la spätburgunder o pinot noir bien podríamos haber escogido uno de los vinos de Wasenhaus, cuyas pinot noir están ya entre las más codiciadas del mundo. Pero
encontrar una botella suya es como salir a cazar unicornios, por lo que os proponemos un vino de sus vecinos y amigos Johannes y Christoph Schneider, todavía accesibles. Weiler es el pinot noir Villages de la bodega procedente de las parcelas situadas en el pueblo de Weil am Rhein. Largo, expresivo, concentrado, muy sutil y elegante. Al más puro estilo borgoñón.