Entrevista concedida por Robert Parker Jr. a Pancho Campo
¿Por qué desea asistir y hablar en la conferencia de Winefuture 09?
Es para mí un auténtico honor y un privilegio ser invitado a la conferencia de Winefuture 2009. Además, hace mucho tiempo que no visito España y tengo verdaderas ganas de ver cómo ha cambiado el país, ya que en mis visitas anteriores (1970, 1971 y 1972), no había ni autopistas.
Winefuture`09 ha sido capaz de suscitar el interés de los líderes mundiales más influyentes de todo el mundo, como por ejemplo Mel Dick, Jancis Robinson, Don. St. Pierre, Oz Clarke, Robert Joseph, etc. ¿Cuál cree Ud. que será la aportación de estos líderes a la conferencia?
Es impresionante la lista de personalidades del mundo del vino que asistirán, cada una de ellas aportando su vasta experiencia así como su valiosa perspectiva.
En su opinión ¿cuál es el gran desafío global al que se enfrenta la industria del vino?
Existen varios desafíos. Las fluctuaciones de la moneda son sin duda un gran problema, pero no más importante que la proliferación de regiones vinícolas, ya que como consecuencia de esta última, la producción supera a la demanda y al conocimiento de los consumidores. Educar a los consumidores de vino y asegurar su distribución eficaz en el mundo civilizado siempre ha representado un desafío importante y continúa siéndolo hasta nuestros días.
¿Piensa que habrá un antes y un después en la industria del vino, una vez el mundo haya superado la crisis actual?
No es fácil adivinar el tiempo que durará la crisis actual, pero no cabe duda de que es la más profunda de las que todo ser humano vivo haya atravesado, y no parece haber indicios de que el impacto global vaya a perder intensidad. En general, a la industria del vino le ha ido razonablemente bien. Llegado este punto, me temía más fusiones, insolvencias e infortunios de las que he visto hasta ahora. Por ello, sospecho que la industria está bien preparada como para prosperar una vez la crisis actual haya concluido.
¿Cuál cree que sería su papel en este panorama?
Soy un crítico de vino y aunque no examino tantos vinos como hace una década, todo el equipo que ahora trabaja conmigo en la publicación de “The Wine Advocate” se ha propuesto alcanzar un objetivo imperioso: facilitar información útil, independiente e imparcial a los consumidores, sobre todo en lo que concierne a la diversidad y cualidad de los caldos elaborados en distintas regiones vitícolas del mundo. Procuramos educar al consumidor en torno a diferentes estilos de vino y les mostramos lo que mejor hace cada región.
Muchas veces su influencia le precede, pero dígame ¿cuál será el papel final que desempeñará en el sector?
Me resulta gratificante saber que ejerzo esta influencia mundial, aunque en mi caso, se tiende a exagerar demasiado, lo cual crea una serie de problemas con aquellas personas que me confiere algo parecido a una omnipotencia mítica que carece de realidad.
En su opinión ¿cuál cree que ha sido su aportación más importante a la industria global del vino?
Integridad, credibilidad y una perspectiva democrática son las aportaciones más importantes que he hecho a esta industria global. Juzgar el vino por lo que es, sin tener en cuenta factores como el precio, pedigrí, marca, o prestigio resulta muy significativo tanto para mí como para el resto de mis colaboradores, de lo cual estoy excepcionalmente orgulloso.
¿Retos a los que se enfrentan los medios de comunicación y escritores de vinos?
Hoy en día cada vez menos escritores son capaces de mantener un estilo de vida satisfactorio ya que el medio impreso está desapareciendo. Hemos sido testigos de la proliferación de “bloggers”, muchos de los cuales son infructuosos, pero otros pueden ser muy útiles, por tanto no es mi intención denostarlos en general. También en la industria del vino parece haber una cierta consolidación del poder en las manos de unos pocos escritores de vinos, algo que nunca puede ser beneficioso.
En el transcurso de Winefuture dirigirá una Gran Cata, ¿Por qué ha elegido la Garnacha como argumento de dicha cata?
La he elegido porque creo que es una de las variedades de uva más desafiantes del mundo. De hecho, es mucho más complejo la elaboración de un buen vino con la Garnacha que con la Pinot Noir, siendo considerada esta última como la más problemática de entre las principales variedades. Es más, esta cata en España con la variedad Garnacha como ustedes la llaman, es la primera que se lleva a cabo con algunos de los mejores vinos elaborados con esta variedad en todo el mundo desde una óptica especial. Estoy convencido de que va a ser una gran oportunidad para estudiar cuidadosamente algunos de los diferentes estilos de distintas zonas, además sus propias características la convierte en la cata más atípica de las realizadas con las variedades Pinot Noir o Burdeos.
¿Por qué cree que el consumo de vino ha descendido tan vertiginosamente en, por ejemplo, los países europeos productores de vino?
Es obvio que los gobiernos europeos han adoptado una posición contraria al alcohol, dejando al vino sujeto a estas normas restrictivas. Al mismo tiempo y en mi opinión, las generaciones más jóvenes lo ven como algo demasiado amedrentador y caro, por lo que han optado por otras bebidas alcohólicas, con el consiguiente recorte de ventas. Sin embargo, el consumo de vino está viviendo un aumento en los Estados Unidos y en Asia, así que quizás esto compense el revés que se ha experimentado en Europa. El hecho de que los países europeos, reconocidos en el mundo entero por su cultura del vino así como por su sofisticación, ahora sean testigos de este profundo recorte en el consumo, no deja de ser una triste ironía.
España está a la cabeza de la gastronomía actual y quizás esté más de moda que nunca gracias a Ferran Adriá, Arzak o José Andrés, entre muchos otros famosos chefs. Si como es sabido la comida y el vino han de ir de la mano, ¿por qué los vinos españoles no consiguen el mismo éxito?
Creo que los consumidores de vino necesitan su tiempo para conocer plenamente lo profunda y diversa que se antoja la revolución cualitativa del vino. Los gigantes culinarios de España han suscitado un gran interés mediático, al igual que algunas bodegas españolas. Sin embargo, para muchos consumidores de vino, los caldos españoles carecen de distinción y prestigio, y son demasiado nuevos como para considerarlos de talla mundial Además de estos factores, el hecho de que muchos caldos españoles estén elaborados con uvas de viñas muy viejas y de zonas vitícolas que tienen cientos de años, se contradicen a la historia del país.
Segunda parte de la entrevista.
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