“Catar, Catar y volver a Catar” en el concurso Bacchus 2013
El Concurso Internacional de Vinos Bacchus 2013, celebró su 11ª edición, los días 16 al 19 de marzo, en el emblemático Casino de Madrid, reuniendo a 80 expertos catadores de 20 nacionalidades, que cataron 1.559 muestras de 18 países.
El Concurso Internacional de Vinos Bacchus 2013, que se celebra desde 1996, está organizado por la Unión Española de Catadores (U.E.C.), reconocido oficialmente por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA)), bajo el patrocinio de la Organización Internacional de la Viña y del Vino (O.I.V.), estando integrado en la Federación Mundial de Grandes Concursos Internacionales de Vinos y Espirituosos (VINOFED).
Su jurado estaba integrado por un panel de cata, que debían tener un nivel exigido por la O.I.V., un 60% eran extranjeros y el 40% españoles, entre los que se encontraban los Masters of Wine, Sarah Jane Evans, Susan Hulme y Pedro Ballesteros (primer MW español), Ghislain Laflamme, Joanna Ciborowska, Belgacem D’Khili, Ralf Anselmann, Edita Durcova, Juan Carlos Rincón, Osvaldo Amado, Giovanni Pellicci, Rocío Amador, Pedro Poncelis, Petronella Salvi, Santiago Jordi, Mario Barrera, Andrea Alonso, Ignacio de Miguel, Jorge Navascués, Pascual Herrera, Javier Gila, Salvador Manjón, Javier Carmona, Mª. Antonia Fernández-Daza, Demos Bertran.
Es decir más de 80 catadores profesionales, con los más importantes prescriptores vinícolas a nivel mundial (Masters of Wine, Masters of Sommeliers, enólogos, sumilleres, periodistas y representantes de las más importantes instituciones vitivinícolas a nivel nacional e internacional) fueron los encargados de evaluar los 1.559 vinos participantes y dar a conocer las medallas Bacchus: Grandes Bacchus de Oro, Bacchus de Oro y Bacchus de Plata.
Durante cuatro días, tuvimos la oportunidad de catar y evaluar los vinos presentados a concurso, que fueron 1.559 muestras, de 18 países y que en lo que respecta a España un total de 89 indicaciones geográficas de calidad, 67 de ellas Denominaciones de Origen.
Aunque en mi artículo de la pasada edición del concurso ya comentaba resumidamente como se realizaban las catas, para los que no lo tuvisteis la oportunidad de leerlo voy a explicar más detalladamente en qué consiste, pues el que no conoce la mecánica, pienso que es muy interesante.
Las catas se realizaban a ciegas, es decir, la organización enfundaba las botellas con una bolsa negra para que no se pudieran ver las etiquetas, así como se retiraba de ellas las cápsulas y tapones correspondientes.
Se utilizaba la ficha de cata y análisis sensorial de la O.I.V., de 100 puntos, donde mediante los siguientes descriptores, valorábamos los vinos. Visualmente su limpidez, es decir el estado de turbidez del vino y el aspecto, donde se evaluaba la intensidad y el color, sus matices, su viscosidad, sin tener en cuenta su limpidez. En la fase olfativa y gustativa, la franqueza o limpieza de un vino (ausencia de defectos), su intensidad positiva y calidad, este descriptor permite juzgar globalmente el vino a nivel del olfato y del gusto, permitiendo al catador expresar concretamente sus preferencias personales y sus referencias culturales.
En lo que respecta al olfato, este descriptor toma en cuenta en prioridad la complejidad, que corresponde a la riqueza de la paleta aromática por la percepción de varios olores diferentes y cambiantes, asociados a la fineza de los olores, así como también en boca la persistencia armoniosa en la cual se valora, mediante caudalías, los segundos (entre 1 y 12) de persistencia y comienza en el momento en el que el vino sale de la boca. El recuento se hace masticando y abriendo discretamente los labios y produciendo una pequeña depresión en la boca para dejar entrar el aire.
Terminando con la apreciación global, donde podemos expresar la impresión que el vino deja de su conjunto, es decir armonía y equilibrio, permitiendo también al catador la posibilidad de redondear su nota más alta o más baja.
Las distinciones otorgadas por el concurso eran atribuidas de acuerdo a las siguientes puntuaciones: Gran Bacchus de Oro: 100 a 93 puntos, Bacchus de Oro: menor de 93 a 88 puntos y Bacchus Plata: menor de 88 a 84 puntos. El número total de distinciones otorgadas no debían superar el 30 % del número de muestras inscritas al Concurso.
La cata la realizamos en silencio, para una perfecta concentración, sin hacer comentarios entre el resto de compañeros que integrábamos la mesa, para no influir entre nosotros, en el juicio de las muestras presentadas.
Al inicio de la sesión de cata de cada jornada, realizábamos una auto calibración del jurado de cada mesa, por medio de la cata de una muestra de vino, para saber la media del jurado y tender a converger con el criterio de todo nuestra mesa que la componíamos 5 personas.
Las sesiones comenzaban puntualmente a las 8,30 de la mañana, bien temprano, pues es cuando los sentidos organolépticos los tenemos en su mejor disposición. Hacíamos dos sesiones unos 15 vinos aproximadamente, descansando 30 minutos en entre ambas, para no saturarnos el olfato y la boca.
Tenéis que saber que el vino catado siempre se escupe, pues sino, con tantos vinos acabaríamos perjudicados. Muchos pensarán que sin tragarse el vino es difícil apreciar y valorar los vinos participantes, pero con entrenamiento y después de asistir a numerosos concursos y catar muchos vinos a lo largo de estos años, se acaba aprendiendo.
Al final de la jornada, nos facilitaban el listado de vinos catados, con solo el nombre del país y la zona de producción, para guardar el anonimato de la Bodega, según la normativa marcada por la O.I.V.
Fueron días de mucho trabajo, pero disfrutando enormemente, pues la organización también nos deleito después de las catas, con dos almuerzos y visitas a la Bodega Finca Constancia y Bodegas Martúe, así como cenas en diferentes e interesantes restaurantes de la ciudad.
Una de las cuales fue realizando la ruta gastronómica “Gastro Bacchus: De tapas por el Madrid de los vinos” patrocinado por el CRDO Vinos de Madrid, en colaboración con los restaurantes: Casa Patas, El Barril de Las Letras, Va de Baco, La Vega del Arte, Taberna Mariano, Vinoteca García de la Navarra y Ramses, una propuesta ideada por la U.E.C. abierta para todo el público en general que quisiera participar, al cual nos unimos los catadores, repartidos en diferentes grupos, tapeando y pasando una velada muy agradable con los compañeros.
En el concurso hemos podido compartir nuestras experiencias y vivencias, entre todos los compañeros catadores, a cual más interesante y de este modo nos hemos enriquecido todos juntos, de esta pasión que nos mueve, que es la cultura y el mundo del vino.
No quisiera dejar de felicitar al director del concurso, Fernando Gurucharri presidente de la Unión Española de Catadores y a todo el equipo de colaboradores, por la perfecta organización de la que pudimos todos disfrutar.
Deciros también que el próximo concurso que también organiza la U.E.C., será los Premios Baco, donde se catarán en Madrid, los vinos jóvenes de la cosecha 2012, durante el próximo mes de mayo – junio, del presente año.
Para finalizar, comunicaros que ya es oficial, según queda recogido en el BOE fechado el pasado 14 de Marzo de 2013, que los Premios Alimentos de España, distinciones otorgadas anualmente por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), introducen en su normativa una nueva categoría, en este caso dedicada al que es probablemente nuestro alimento con más tradición: el vino. Para ello tendrá en cuenta el resultado de uno de los más importantes certámenes vinícolas de cuantos acoge nuestro país en su calendario anual, el Concurso Internacional de Vinos Bacchus, imprescindible termómetro de la calidad de nuestras elaboraciones.
Los Premios Alimentos de España, con cuya convocatoria el MAGRAMA quiere reconocer la excelencia de los productos alimentarios españoles y la labor desarrollada por profesionales y entidades que contribuyen a la producción, transformación, utilización, comercialización y difusión de los mismos, incorporan de esta forma al vino entre sus galardones anuales. Sin duda, una prueba más del apoyo de este organismo a un alimento, el vino, y a un sector, el vitivinícola, cuya apuesta por la calidad es indiscutible. El Premio Alimentos de España al Mejor Vino se fallará de esta manera tomando en consideración el resultado de Bacchus 2013, por un jurado que será designado por el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y que integrarán un experto catador, una persona de reconocido prestigio en el sector vitivinícola y un representante del departamento. Dicho jurado estará presidido por el Director General de la Industria Alimentaria.
Os detallo a continuación este enlace al listado de los premios otorgados.
Más información: www.uec.es/bacchus.
Director de Enocata.com
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