Los gurús del vino
Reconozco que a veces son necesarios, que al vino le hacen un gran favor ya que lo dan a conocer y fomentan su consumo, pero desde el momento en que cobran por catar, pierden toda independencia.
Gurú. (Del sánscr. gurús, maestro).
1. m. En el hinduismo, maestro espiritual o jefe religioso.
2. m. Persona a quien se considera maestro o guía espiritual, o a quien se le reconoce autoridad intelectual.
Esta es la definición que nos da la Real Academia de la Lengua Española de Gurú. Acepto la última parte, de la última acepción, “a quien se le reconoce autoridad intelectual”, lo malo es que muchos de estos Gurús tienden más a querer ser tanto la primera acepción, como la primera parte de la segunda acepción, es decir Guías espirituales, maestros, jefes, etc.
Reconozco que a veces son necesarios, que al vino le hacen un gran favor ya que lo dan a conocer, fomentan su consumo, etc. etc. A cada uno lo suyo y, cómo es lógico no quiero quitarles el mérito que tienen, porque realmente lo tienen, no hay duda.
Pero sinceramente y a modo personal, dudo de que sea algo más que un negocio lucrativo para aquellos que llegan a tener fama. Desde el momento en que cobran por catar, a mi modo de ver pierden toda independencia. Hay vinos, muy bien “calificados” por gurús con fama mundial, que la verdad es que cuando lo pruebas dejan mucho que desear, o tal vez que los célebres 90 puntos sean demasiado fáciles de alcanzar por muchos, quizá demasiados vinos.
Sé que este artículo puede crear polémica y que tendrá muchos detractores, también creo que haya quien sea de mi opinión.
Todo esto, que como modo de promoción de vino me parece perfecto, como negocio o manera de ganarse la vida, también, cada uno es libre de hacerlo como quiera y muchos de estos se la ganan más que bien. Que para las bodegas, aunque paguen, algunas, no todas, que conste, es un chollo, ya que si uno de estos gurús de fama mundial te da un 90 para arriba, tienes resuelto prácticamente tu futuro y el de tu bodega. No digamos si saltas de 93 o 95…
Sin embargo de cara al consumidor creo que le hacen un lío, en primer lugar suelen encarecer los vinos. Y creo que para el que entra de nuevo al mundo del vino, un mundo rodeado de tanto gurú, secretismo, aromas y sabores en muchos casos extravagantes e imposible de encontrar para el común de los mortales, creo que lo desorienta, que cuando empiezas a leer una ficha de cata, una etiqueta, una crítica o una opinión de estos gurús, empiezas a darle vueltas a la copa, a olerla y re olerla, a beberla y re beberla buscando ese aroma a fruta del Caribe, ese pimiento verde o cuero viejo de silla de montar. Y la verdad asusta, si tú pones delante de eso a un potencial nuevo consumidor, se le debe de poner cuesta arriba. Casi me atrevería a decir que se acomplejaría y no tomaría ese vino con gente, casi por miedo al ridículo.
Vamos que creo que en muchos casos enfocamos el consumo del vino como algo para lo cual habría que realizar un master de dos años para poder entender lo que estas bebiendo.
Creo que deberíamos facilitar mucho más el consumo del vino, sin enredos de sibaritas que causan risa en la mayoría de los casos, de gente que cuando se sienta en una mesa de un restaurante teme hacer el ridículo, cuando el camarero le da a probar el vino, ridículo que puede sobrevenir de intentar hacerte demasiado el entendido, sin entender, o de aceptar algo que luego no sea tan bueno. ¡Y te cargan a ti esa responsabilidad!, cuando tú lo único que pretendes es comer con un vino que te resulte bueno, agradable, y punto, en la mayoría de los casos no pretendes nada más… Sin embargo, te sientas y lo primero que hacen es someterte a un examen… De algo que quizá no entiendes…Mucha gente se pide una cerveza y se evita esos líos…
En resumidas cuentas y para terminar, debemos facilitar el consumo de nuestros vinos, como algo que nos produce una sensación agradable, algo sano, natural y bueno, muy bueno, pero con pocas más complicaciones. Sin asustar. Ese primer consumidor que lo haga alegremente, y le guste, sin complicaciones, les aseguro que él solo, con el tiempo, irá profundizando en el mundo de los vinos, pero poco a poco, despacio, él solo, sin esoterismos, oscurísimo, ocultismo y nomenclaturas raras, imposibles de sacar para él. Hay que facilitar el consumo y a base de eso que les digo a ustedes más arriba, a base de tenerse que sacar poco menos que un master para probar un vino, así creo que no lo logramos.
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email