Resumiendo un año
Terminamos el año, mejor o peor de lo que lo empezamos, según lo miremos.
El año pasado, por estas fechas el vino estaba, como ahora, muy parado, con pocas operaciones, como ahora, pero casi doscientas pesetas más barato que ahora. Un euro y treinta céntimos más barato. Esa es la gran diferencia. Si bien es verdad que la subida comenzó, precisamente por estas fechas, en plenas vacaciones navideñas.
Y digo bien para unos y mal para otros, ya que para el sector elaborador ha sido un año de bonanzas totales, tanto en lo concerniente a la pasada campaña como a esta en la que estamos. Ha sido un buen año, sin problemas de comercialización y con los precios casi en constante alza. Ha sido un año, indudablemente de beneficios y pocos problemas, los normales de un negocio pero sin la preocupación de si venderé el vino o no lo venderé.
El sector exportador también ha vivido momentos como nunca los había tenido, de todos los países del mundo han venido a interesarse por nuestros vinos y el firmar contratos era, casi, casi, un trámite diario. A pesar de exportarse a precios muy bajos, también es cierto que se le ha sacado un beneficio.
Sin embargo el sector industrial, el embotellador y comercializador del vino de mesa como producto terminado, este sector lo está pasando mal, en algunos casos muy mal. La materia prima, el vino, le ha subido casi un 100×100 y este incremento no se puede trasladar a las grandes superficies y vendedores finales del vino. Estos no admiten esa subida y si se quiere seguir vendiendo hay que hacerlo a base de dejarse los beneficios, el margen comercial, incluso, a veces con pérdidas o ganancias nulas.
Siempre he dicho que este negocio es una cadena en la que todos los eslabones deben de aguantar el peso, así, entre todos no se rompe (cuando el vino está bajo, igual, pero al revés). Debe de ganar el agricultor, el elaborador y el industrial, y así debe ser ya que en cuanto alguno caiga, los demás van detrás, ese peso si es de tres, no lo pueden aguantar dos. Si el industrial cierra, no compra el vino al elaborador y por tanto tampoco este puede pagar la uva a un precio justo.
Lo que me parece a mi es que, en estos últimos años a esta cadena, a estos eslabones, le ha salido un candado que quiere, sujetar todos los eslabones, y oprimirlos y cerrarlos hasta que salten por los aires, sin importarle lo más mínimo ni el agricultor, ni el elaborador, ni el embotellador. Y este candado se llama la "Gran Superficie", creo que habría que tomar alguna medida ya que, aunque el sector elaborador no lo quiera ver en algunas ocasiones, el embotellador lo está pasando verdaderamente mal, con unos consumos nacionales a la baja y con unas plantillas de venta que son increíbles.
No sé que solución se pueda dar, yo no la tengo. Pero lo que si está claro es que ese cuasi monopolio que están cogiendo unas pocas, muy pocas, grandes superficies, habría que intentar destruirlo, no solo por bien de nuestros industriales, que también, pero más bien por el conjunto del sector que se está viendo muy afectado.
Desde El Correo del Vino, en mi propio nombre, en el de mi familia y en el de todo el equipo colaborador les queremos desear a todos ustedes muy Felices Fiestas y que en el próximo año 2012 se cumplan todos sus proyectos y deseos. Y que el sector del vino vea culminadas sus esperanzas y anhelos.
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