Aquellos polvos traen estos lodos
Sé que este artículo puede crear polémica, pero no es mi deseo. Como siempre, me motiva el comentar lo que se habla en el sector de los vinos, informar de lo que se cuece. También, la tranquilidad de que en toda mi trayectoria siempre me ha movido, e
Esta semana leo con estupor que un sindicato acusa a la gran industria del vino de hundir un 14% los precios de los vinos por importar vino de Argentina y Chile sobre todo. Y digo que lo leo con estupor ya que, sinceramente no entiendo esta acusación, estando como estamos en un mercado libre.
Empiezo diciendo que este verano pasado, antes de la vendimia, a mediados de julio concretamente, el presidente de Asaja, Pedro Barato, en una conferencia a la que asistí, dijo a los agricultores, hablando de la uva y el vino, una palabra que me llamó la atención: MODERACIÓN, era la primera vez que oía a un dirigente sindical agrario que pidiera moderación en los precios. En esa misma conferencia, otro gran entendido del vino, Rafael del Rey, presidente del Observatorio Español de los Mercados del vino, dijo que eran preferibles 5 años con el vino a 600 pesetas, que uno a 800 y cuatro a 300…
De todos es sabido, que con los precios de la uva tan caros como se pusieron, el precio del vino a las cotas que ha llegado, todo eso no nos podía llevar a ningún sitio bueno. Como yo he dicho muchas veces: La torta la tenemos segura, lo que no se sabe es cuando nos la daremos, pero segura, la tenemos.
Rápidamente me vendrán críticas por parte de agricultores y elaboradores, de que ya está bien que el producto valga. Estoy de acuerdo, el producto debe de valer, pero tenemos unos condicionantes muy grandes, que son los mercados mundiales del vino. Y no es que esto valga para ver o no ver. El resultado está a la vista: Un descenso estrepitoso de exportaciones. Clientes ganados que se han marchado a otros mercados internacionales a adquirir el vino, y, como consecuencia inmediata, un descenso en los precios de los vinos de España, que han comenzado, pero que, a poco que la cosecha venga un poco regular, a partir de la próxima vendimia, descenderá mucho más, seguro. Y digo seguro, pero pensando que “ojalá me equivoque…”.
Lo que no se puede pretender es que tras un desabastecimiento de los mercados, tras una pérdida importante por parte de los industriales embotelladores de clientes, de volumen y de ganancias, lo que no es de recibo es que se critique que estos adquieran vinos en otros sitios, como han hecho muchos otros países del mundo, buscando vinos a precios más económicos. No se puede obligar a un sector a comprar vinos a 5 euros, si los tiene en otro sitio a 3, pongo por ejemplo, o criticarlo, dentro, como digo, de un mercado libre mundial. Es como si a ese que critica se le exigiera que en el supermercado comprara vino embotellado español a 6 euros la botella, teniendo otro, sea de donde sea, a tres.
En resumidas cuentas, creo que el vino en España tiene un margen de precios en los que se debe de mover. Ni es lógico, que, como hace poco más de dos años, el vino estuviera a 1,50 euros hectógrado, ya que era ruinoso totalmente tanto para el agricultor, como para el elaborador, ni tampoco para que esté a casi 6 euros como ha estado este año. Precio que también es ruinoso para el sector embotellador.
Y viendo lo que pongo en el párrafo anterior, solo espero que a unos y a otros les sirva de lección, ya que el precio de 1,50 es el que al final ha llevado a los 6 euros, por ser ruinoso y claro, ser excesivamente “goloso” para todos los mercados mundiales, que nos dejaron sin vino, provocando las subidas que desde entonces hemos tenido. Ni los 6 euros es un precio que se pueda mantener en España, con la relación cantidad elaborada-consumo, que tenemos. Ya que dependemos de la exportación. Y la exportación hay que cuidarla, no admite los dientes de sierra tan enormes que siempre ha tenido España y busca otros mercados.
Yo les digo una cosa, si el vino este año hubiera estado entre 3 y 4 euros desde el principio, hubiera sido un precio con el que hubiéramos mantenido el nivel de exportación, y en estos momentos estaríamos, seguramente, sin problemas de comercialización, con nuestros vinos prácticamente vendidos, las bodegas casi vacías, esperando la nueva cosecha y los clientes de exportación, consolidándose en los vinos españoles, y esperando una nueva cosecha.
Como verán el cambio es radical, espero que esto nos haga reflexionar a todos…
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