Parece que estas utilizando un bloqueador de anuncios

Para poder mantener este portal de forma gratuita necesitamos la publicidad. Por favor desactivar el Adblocker para acceder al contenido

Inicio / Entrevistas / «Irse al discurso de las variedades autóctonas exclusivamente es limitarse mucho»

«Irse al discurso de las variedades autóctonas exclusivamente es limitarse mucho»

/
/
Dehesa de luna vinedos general

Dehesa de Luna está situada en un vergel, a 25 kilómetros del municipio albaceteño de la Roda. Esta localización es una dificultad añadida a la hora de salir a vender sus vinos porque, como afirma su director general, Francisco Ruiz de la Torre, “estamos en mitad de la nada”. Sin embargo, es la cara de la misma moneda que les permite presumir de ser Finca Reserva de Biodiversidad, un bosque donde 64 hectáreas están dedicadas al cultivo, en ecológico, de la vid: “Cuando la gente viene y lo ve, abre los ojos y no hace falta explicar nada más”. Un entorno habitado por diversas aves como perdices rojas, avutardas o águilas imperiales, que además visten las etiquetas de las botellas de esta bodega.

 

  • ¿Qué significa ser Finca reserva de biodiversidad?

Nosotros queríamos poner en valor la labor de conservación de este paraje, no nuestra labor, ya que estaremos aquí sólo de forma transitoria, sino la de las familias anteriores que se han encargado de conservarlo hasta nuestros días para que nosotros podamos tenerlo.

Si ahora tenemos en España parques nacionales, figuras a nivel estatal de defensa de determinados parajes, en parte es gracias a la iniciativa privada y a que las familias durante siglos lo han conservado. Espacios como Monfragüe, Doñana, Montes de Toledo…  Nosotros no podíamos utilizar una figura pública como puede ser la de parque nacional, porque no lo somos, pero sí queríamos poner en valor este paraje y por eso solicitamos la figura de Finca Reserva de Biodiversidad.

 

  • ¿Hay otras bodegas que cuenten con esta figura?

No, somos la única bodega en España.

 

«Queríamos poner en valor este paraje y por eso solicitamos la figura de Finca Reserva de biodiversidad».

 

  • En vuestras etiquetas hacéis homenaje precisamente al entorno, más concretamente a las aves:

Sí, antes las referencias iban más encaminadas a la luna, pero poco a poco hemos unificado toda la línea para que, en cada botella, se homenajee a un ave en concreto de la zona: la perdiz roja en Orígenes, el milano real en el Graciano, el zorzal en el rosado… Un cambio estético con el que empiezan a identificarnos.

 

  • Otra de las características de vuestros vinos es que son ecológicos…

Sí, menos la garnacha tintorera, que es de una parcela en Pozo Lorente, alquilada fuera de nuestra finca, pero que está en proceso de poder ser certificada como ecológica, todos los vinos de Dehesa de Luna son ecológicos.

 

  • ¿Cuáles son los motivos de esa decisión?

En esta vida es siempre un poco de todo. Por conciencia, porque estamos en un paraje que hay que conservar. Segundo, porque estamos en un clima que hace más sencillo el cultivo de la viña en ecológico: hay menos enfermedades que puedan atacar a la viña, lo que hace relativamente económico trabajar en ecológico. Al principio hubo reticencias, pero con el paso de los años hemos visto que da muy buenos resultados. Y tercero porque comercialmente nos abre un mercado muy interesante.

 

  • ¿Ese mercado es nacional o internacional?

El mercado nacional se empieza a abrir tímidamente, aunque sobre todo vemos la demanda en el mercado internacional, en el norte de Europa, donde tienen buena entrada los productos ecológicos. No significa que nos cerremos al mercado más tradicional.

 

  • ¿Ese mercado más tradicional beta este tipo de productos o simplemente no lo valora?

No lo valora, no echa para atrás como podía ocurrir antes, simplemente no se fija.

 

 

  • ¿Hay un perfil definido de lo que se demanda?

Ahora parece que no vale nada de lo que se hacía antes: los vinos clásicos no valen, si pones madera es peor, las variedades que se plantaron hace años ahora no valen… me niego a pensar que no ha valido nada de lo que se ha hecho las décadas anteriores. Nosotros no somos una bodega histórica, pero contamos con un viñedo único, y es lo que intentamos transmitir.

 

«Las variedades son una herramienta para el fin, que es hacer vino bueno para disfrutar».

 

  • ¿Y puede traducirse en un vino de pago, en el futuro?

Las normas para ser vino de pago están muy bien, pero una bodega que se inicia en 2004, que no tiene bodega propia hasta 2012, y que le piden ahora mismo que defina cómo quieres ser en el futuro, es una situación complicada. El vino de pago te exige unas limitaciones que son complejas de cumplir cuando eres tan joven, y una bodega como la nuestra no se puede encorsetar con unos papeles. Otra cosa es que nosotros cumplamos unas normas autoimpuestas como si fuéramos vino de pago, aunque no lo podamos poner en la etiqueta.

 

  • De hecho, desde hace uno años etiquetáis como vino de España.

Hace dos años nos salimos de la Indicación Protegida Vinos de la Tierra de Castilla y hemos decidido embotellar como Vino de España… ¡y no pasa nada!

 

  • ¿Habéis notado un cambio a la hora de vender?

A nosotros lo que nos pesa es “La Roda, Albacete”, estamos en mitad de la nada, sin bodegas de referencia cercanas, ni un nombre a nivel internacional como pueden tener otras zonas vitivinícolas, pero cierto es que esta fórmula sí te permite más flexibilidad.

 

  • ¿Más libertad con las variedades, por ejemplo?

El tema de las variedades ahora es un rollo, las variedades son una herramienta para el fin, que es hacer vino bueno para disfrutar. Es una variable más, luego está el clon concreto, la forma de trabajar la viña, la mano del hombre, las diferentes formas de elaboración.

 

«Hay variedades extranjeras que en Albacete estarían como en casa».

 

  • Vosotros contáis con una paleta muy dispar de variedades, en un contexto donde cada vez se apuesta más por las variedades autóctonas ¿Cómo fue el proceso de elección?

No somos una bodega al uso. Si nos tenemos que fijar en variedades autóctonas, podemos irnos a Villarrobledo, 40 kilómetros al norte, con la airén; a Manchuela, al este, con la bobal, pero en un contexto totalmente diferente por clima y suelo; hacia Almansa, con la garnacha tintorera, tal vez… Es decir, al estar en mitad de ningún sitio nos animó a ver qué variedades nos iban mejor a nosotros, en nuestro entorno.

Tras 10 años de trabajo en la Cañada del Navajo, nos dimos cuenta de que la graciano nos venía muy bien porque estamos a 800 metros de altitud, con clima continental. Con la garnacha blanca, tras investigar y probar, vimos que en la Roda se podía hacer un vino blanco que se adaptara al estilo de nuestros vinos. Y no olvidemos la parte económica, si no haces vino blanco te estás perdiendo casi el 50 % del consumo mundial de vino.

Por tanto, irse al discurso de las variedades autóctonas exclusivamente es limitarse mucho, porque hay todo un mundo. Hay variedades extranjeras que en Albacete estarían como en casa.

 

  • En la situación actual, el único canal que tenéis disponible las bodegas para defender y vender lo que hacéis es el online, ¿cómo os ha ido a vosotros en este canal?

La venta online a veces es mucho ruido y pocas nueces, aunque cierto es que a nosotros nos está yendo bien. Ya teníamos ese canal activo, pero ahora hemos hecho packs especiales, incluso con productos de las otras empresas que tenemos como Extreme, dedicada a los ibéricos, para animar al consumidor.

 

«El estado de alarma ha permitido perder el miedo a comprar online».

 

  • ¿Veis posible que la gente se acostumbre a consumir vino en casa tras esta situación?

¿El mundo va a cambiar radicalmente de aquí al día que se termine el estado de alarma? No. Pero el estado de alarma ha permitido perder el miedo a comprar online, que lo pide y en pocos días lo tiene en casa.

 

  • ¿Va a incluir entonces en la forma de comprar?

Eso sí, va a tener implicaciones en el b2b y b2c: el cliente final ha visto que puede acceder directamente al productor, pero como se salta al intermediario, va a pedir una rebaja en el precio. Por lo que esto va a repercutir en la distribución tradicional.

En este sentido, también van a cambiar las estructuras tradicionales de los departamentos comerciales, los productores hemos visto que podemos hablar con el restaurante final, sin necesidad de ir a comer, de desplazarse; se puede hacer todo online, es una nueva forma de desarrollar ciertas actividades.

 

  • ¿Cómo afecta la crisis sanitaria a las ventas de la bodega?

Mal, muy mal, con el 95% de los clientes nacionales con la persiana bajada, poco podemos hacer. En exportación, donde se centra el 40% de nuestra producción, la situación de mueve algo: algunos pedidos puntuales a China, y en el mercado asiático en general, pero a nivel europeo, sólo algunos pedidos que estaban cerrados con anterioridad.

 

  • ¿Qué medidas se deben tomar?

Estamos ante un problema sanitario. Para que mi empresa reactive su actividad, al estar centrado en el canal HORECA, necesitamos que la gente salga a la calle, pero con garantías de que no se vuelva a colapsar el sistema sanitario. La situación es compleja.

 

  • A nivel nacional, han propuesto el enoturismo como una posible vía de escape para las bodegas ¿es viable?

En nuestro caso estamos dispuestos a desarrollar el enoturismo porque nos encanta que vengan a vernos, y contamos con un paraje excepciona, pero para ello es necesario un engranaje bien montado para dar un servicio de calidad, y que haya un cuerpo enoturístico constante, no sólo un par de fines de semana.

 

  • Facebook
  • Twitter
  • Linkedin
  • Pinterest
  • Buffer

Suscribirse

Reciba nuestras noticias en su email

1 Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La altura div se necesita para habilitar la barra lateral pegajosa
Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios :