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Adiós a Carlos Falcó: el hombre que entendía de vino

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Se nos fue Carlos Falcó, el marqués de Griñón, un hombre que, lejos de la indolencia de buena parte de la nobleza española, decidió dar un importante paso adelante en hacer viables sus negocios de vino y aceite de oliva, ligados en gran parte al Dominio de Valdepusa, la propiedad histórica de su familia desde 1292, ubicado en Malpica de Tajo (Toledo), que fue, con justicia, la primera Denominación de Origen Pago en Castilla-La Mancha y España. Y lo fue gracias a la encomiable labor de este ingeniero agrónomo, nacido en Sevilla en 1937, que logró convencer al Gobierno regional, presidido entonces por José Bono, de la conveniencia de establecer una figura similar a los châteaux bordeleses que tan bien conocía.

Carlos fue ante todo y, sobre todo, un enamorado de los dos productos mediterráneos por antonomasia: el vino y el aceite de oliva. Y a ambos dedicó lo mejor de su vida, tanto desde las instalaciones de Malpica, donde habitualmente residía, como desde las de la finca El Rincón, en Aldea del Fresno (Madrid). Vino al mundo en el Palacio de Dueñas, propiedad de la Casa de Alba, con quien su familia mantenía una excelente relación. Creció influido, según los que le conocen más de cerca, por las ideas liberales de su padre, Manuel Falcó, experto en Historia del Arte y mano derecha de Juan de Borbón. Estudió en el Liceo Francés y obtuvo el título de ingeniero agrónomo en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica. Posteriormente, en 1963 se instaló en California, tras casarse con Janine Girod, matrimonio del que nacieron sus dos hijos mayores: Manuel y Xandra, su brazo derecho durante los últimos años. Allí aprendió nuevas técnicas agrícolas que luego le servirían para el desarrollo de sus negocios agroalimentarios en España.

 

Carlos Falcó, marqués de Griñón,  fue un enamorado de los dos productos mediterráneos por antonomasia, el vino y el aceite de oliva, y dedicó gran parte de su vida a cambiar el concepto de la vitivinicultura y el aceite de oliva españoles.

 

Poco amante de vida social y saraos, Carlos Falcó dedicó gran parte de su vida a cambiar el concepto de la vitivinicultura y el aceite de oliva españoles. Trabajó con algunos de los personajes más relevantes de la viticultura y la enología mundiales como los franceses Emile Peynaud y Michel Rolland y el australiano Richard Smart. Este concepto de vida le valió las críticas de buena parte de la nobleza que le consideraban un esnob por dedicarse a trabajar en el campo.

La bodega Marqués de Griñón, ubicada en la Casa de Vacas, propiedad de la familia, echó a andar en 1947, pero comienza su cambio más importante cuando Falcó decide plantar unas hectáreas de cabernet Sauvignon en 1974. Posteriormente, vendrían otras plantaciones de syrah y petit verdot, que complementarían el elenco de sus grandes vinos de pago, reconocimiento que consigue en el año 2003. El microclima de un área cercana al río, las primeras instalaciones de riego por goteo, las técnicas de insolación del viñedo en espaldera y el asesoramiento enológico de Rolland dan como fruto algunos de los grandes vinos elaborados en la propiedad, entre ellos el primer petit verdot tinto monovarietal, una variedad que prácticamente no madura nunca en su Burdeos de origen.

También en esta finca, el marqués de Griñón plantó entre 1995 y 1996 cien hectáreas de olivar de cultivo semi intensivo de las variedades arbequina y picual con riego por goteo y en 2002 construyó la almazara bajo la dirección técnica del doctor italiano Marco Mugelli para dar a luz al año siguiente las primeras botellas del AOVE Marqués de Griñón.

En la finca El Rincón, más próxima a la capital de España, plantó ocho hectáreas de syrah junto a las parcelas heredadas de garnacha y garnacha tintorera, en esa línea bordelesa que ha caracterizado su vida como vitivinicultor. En mayo de 1999 publicó su libro Entender de Vino, un manual escrito por un enamorado del vino, que siempre se distinguió, como buen amigo de Francia, por su “savoir faire”. Descanse en paz el bueno de Carlos.

 

Foto: Carlos Falcó, Marqués de Griñón /Grandes Pagos de España

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